La situación en Querétaro se encuentra más tensa que nunca. Todo comenzó cuando el 11 de febrero del presente año la Secretaría de la Función Pública (SFP) inhabilitó a Oceanografía, propiedad de Amado Yáñez -dueño de los Gallos Blancos-, para celebrar contratos con PÉMEX, su principal cliente.
A partir de entonces, las cosas se tornaron grises para Gallos Blancos. Yáñez Osuna, quien habitualmente recurría a las redes sociales para interactuar con la afición, dejó de hacerlo. La directiva del equipo guardó silencio y todas eran meras especulaciones.
Comenzaron a circular en los medios locales, rumores sobre la venta del equipo. Sonó fuerte el nombre de Guillermo Cantú para hacerse cargo del equipo queretano. Al cierre de esta edición, el directivo no quiso declarar al respecto.
Sin embargo, fuentes cercanas al equipo confirmaron que este fin de semana miembros de la directiva tuvieron una reunión con los jugadores para explicarles la situación que afrontaba el equipo queretano y también para saldar las deudas que tenían con la plantilla, a quienes les debían dos meses de sueldo.
Otro de los accionistas de Gallos Blancos, Javier Rodríguez Borgio quien es propietario del grupo Orsan y de los casinos Big Bola, se deslindó este domingo -a través de Twitter-, de Amado Yáñez y de Oceanografía, escribiendo:
“@JavierRBorgio: Declaro que NO soy socio de Oceanografía. Era un proveedor de la empresa, les rentaba barcos; servicio que no me pagan desde hace 10 meses. También tienen deuda conmigo”.
Medios nacionales trataron de contactar a Rodríguez Borgio. Sin embargo, éste se negó a declarar y comentó que por el momento lo único que iba a comentar era lo previamente escrito en la red social.
Se espera que en la semana se lleve a cabo una rueda de prensa en donde el equipo dé su versión oficial al respecto.