Aunque Andrés Iniesta abandonó Sudáfrica convertido en el héroe español, dada la conquista mundialista de la selección que dirigía Vicente del Bosque, los presagios no eran buenos cuando en su puesta de largo en el campeonato, hace justamente diez años, cayó ante el combinado de Suiza por 0-1.

“Solo fue un paso atrás para tomar impulso”, remarcó Iniesta, quien a partir de este martes recordará en la cuenta de Twitter de su bodega “unas semanas inolvidables para todos”.

El inicio ante el cuadro helvético, según reconoció, no fue el esperado. “El partido era especial por ser el primero y porque llevas 4 años esperando ese momento. No empezó de la mejor manera posible. Perdimos el partido y, a nivel personal, tuve que pedir el cambio. Me temí lo peor con las molestias que sentí”, indicó.

El torneo le dio, sin embargo, “una segunda oportunidad de seguir disfrutando”, si bien la derrota dejó al equipo “en una posición un tanto delicada”.

“Demostramos que en el grupo había suficiente fortaleza para levantarse y ser campeones”, comentó este martes Fernando Torres.

Aquel tropiezo en Durban sirvió para espolear y unir aún más a un grupo que, casi un mes después, alcanzó la gloria en Johannesburgo.

Quizá por primera vez en la historia, España acudía a un Mundial con la vitola de gran favorita. Su título europeo en Austria y Suiza en 2008, bajo la batuta de Luis Aragonés, y la continuidad exitosa implantada por Del Bosque, con resultados y gran juego, la situaban a la cabeza de los pronósticos.