Uno de los muy pocos libros que he leído sobre beisbol es “El Cerrador, Mi vida, de Mariano Rivera con Wayne Coffey”, donde narra pasajes de su vida como pescador, su sueño de convertirse en el “Pelé de Panamá”, su conversión de jardinero a lanzador, sus tragedias, y por supuesto su extraordinaria carrera en las Grandes Ligas.
Editado en español en 2014 por Hachette Book Group Inc., en la obra de 276 páginas, el exlanzador narra en primera persona, el trabajo como pescador con su padre, donde vivió dos experiencias que pudieron haberle costado la vida: primero cuando una de las cuerdas para cerrar la red golpeó a su tío Miguel, quien se abrió la cara en dos, y después de batallar un mes murió, pero a él solo se rompió un diente, y la segunda casi un año después, cuando en otra salida a pescar, la bomba del agua del barco dejó de funcionar, en dos ocasiones, y la situación empeoró con la llegada de una tormenta, luego que se apagó el motor, y tuvieron que utilizar el bote salvavidas, pero gracias a la pericia de su padre lograron llegar a tierra.
Poco se sabía sobre su fugaz paso por el futbol, cuando tenía 18 años. Era un deporte que le encantaba y hasta soñaba con ser el Pelé de Panamá, pero recibió un golpe en el ojo con la pelota y perdió la visión temporalmente, después chocó con un rival y terminó en el hospital y decidió colgar los tacos.
Su llegada al beisbol de las Grandes Ligas a los 18 años de edad cuando jugaba con el equipo de mayores de Vaqueros de Panamá Oeste, donde participaba en los jardines, pero en un partido de playoff el manager le dijo que tenía que lanzar, pese a que no lo hacía desde los 14 años.
Y que ese único partido lo llevaría a las Ligas Mayores: los scouts Emilio García y Claudinho le informaron que Chico Herón, cazatalentos de los Yankees de Nueva York quería verlo lanzar y después de una semana de pruebas el 7 de febrero de 1990 firma con el equipo neoyorkino por un bono de dos mil dólares.
Su veloz crecimiento: en 1992 ascendió a Clase A, pero una lesión y operación en el codo lo frenó. Su debut en la Gran Carpa en 1996 contra Angelinos de Anaheim, mismo año en que ganó su primera Serie Mundial. Más adelante explica los restantes cuatro anillos en1998, 1999, 2000 y 2009.
Quedó marcado por la tragedia que vivió con la muerte de Víctor, primo de su esposa Clara y el hijo de este, Leo de 14 años, quienes cuidaban su casa de descanso que habían construido en su natal Puerto Caimito, y se electrocutaron en la alberca.
En la parte final de la obra, detalla la lesión de ligamento cruzado anterior y lateral de la rodilla durante un entrenamiento por la que tuvo que ser operado en 2012, lo que desembocó en su retiro en el año siguiente.
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