Sin duda que la final menos esperada llegó a darle un respiro que urgía a la naciente Liga MX, ni el mejor productor de Televisa se le hubiese ocurrido elaborar un argumento tan emocionante y cardíaco, seamos honestos América y cruz Azul una vez más refrendan ser los equipos de mayor popularidad en el país; el revivir la historia que a lo largo de su vida ha gestado el bautizado en los ochentas como el “clásico joven”.

América demostró que no sólo hay que saber jugar sino también contar con eso que le llaman los antiguos del fútbol “suerte de campeón”, la cual lo acompañó en diversas ocasiones durante la etapa regular y que decir en la liguilla; sobre todo en una final cuya llave cierra en el “Azteca” inmejorable sede para tan trepidante juego.

Al tratarse de un clásico, con enorme poder de convocatoria, obvio había que esperar polémica en las decisiones que fuera quien fuera el central como quiera lo iban a lapidar los vencidos y sus seguidores. Con todo respeto Paul Enrique Delgadillo Haro, quien  encumbra su trabajo como silbante al ser designado en la Vuelta mostró que la tarjeta amarilla o roja hay que darles su valor al primer y último minuto, para eso es el reglamento para aplicarse y fue lo que a mi personal manera de ver el fútbol el nacido en Guadalajara, Jalisco cumplió no dejándose impresionar.

En lo que al América se refiere creo que su principal valor fue nunca bajar los brazos, desquitar la nómina –imagino que Emilio Azcárraga Jean no paga cualquier cosa- y ante la buena fortuna de Aquivaldo Mosquera encontrarse con un gol que en la parte final del juego los resucita cual ave fénix, y que decir de la estupenda palomita que se lanzó Moisés Muñoz, dudo que vuelva a repetir esa acción en el resto de su carrera, pero por lo pronto su nombre ya se incluye en los referentes águilas. De Miguel Ángel Layún basta mencionar que el veracruzano después de ser “culpable” de los males americanistas ahora hasta le piden “matrimonio”.

Por su lado, Cruz Azul en el pecado llevó la penitencia, su mayor error se llamó “exceso de confianza” y la pasividad de su técnico, la apatía se presentó en el segundo tiempo, ya que cuando la “máquina” tuvo para aniquilar al América, fallaron los escasos disparos unos atajados de manera extraordinaria por Muñoz y otro que fue director a la base del poste.

Una vez más los fantasmas de la mediocridad y la frustración rondaron y echo a perder una gloria que cambió por el infierno, además Memo Vázquez con su manera de dirigir dejó asentado que fue campeón con Pumas gracias al equipo que el “Tuca” Ferreti le dejó armado. Hoy más que nunca la directiva cementera debe fríamente sacar conclusiones empezando por dar de baja a jugadores que no se comprometieron hasta el último minuto con la casca celeste, pero debe empezar por el timonel.

POR HOY ES TODO, HASTA LA PROXIMA, MIENTRAS TANTO HAGA DEPORTE QUE NADA LE CUESTA.