El Gran Premio de Brasil ha resultado en un contratiempo inesperado para Max Verstappen, quien no pudo avanzar más allá de la Q2 en la clasificación debido a una inoportuna bandera roja.

Justo cuando el campeón del mundo de Red Bull intentaba asegurar una buena posición, la interrupción lo dejó sin margen para completar su vuelta. Además, Verstappen deberá cumplir con una penalización de cinco posiciones en la parrilla, lo que lo obligará a salir desde el fondo en la carrera.

La frustración de Verstappen es evidente, especialmente al ver que Lando Norris, su rival en el Campeonato de Pilotos, obtuvo la Pole Position con solvencia. Sin embargo, el motivo principal de su enojo ha sido el retraso en la señalización de la bandera roja.

“Es increíble cuándo han sacado la bandera roja. Parece que se estaban tomando un café y que unos segundos después pensaron: ‘hay que sacar la bandera roja’, cuando era obvio que el coche estaba roto. Los que estaban delante han terminado su vuelta y nosotros hemos sufrido esa doble penalización”, declaró Max, visiblemente molesto ante la prensa.

Al ser consultado sobre si hubiera sido mejor quedarse en boxes con los calentadores, Verstappen admitió que podría haber sido útil, pero insistió en que el verdadero problema fue el retraso en la bandera roja.

“No sé, quizá. Eso podría haber ayudado. Quieres hacer tres vueltas, porque los neumáticos van mejorando. Quieres estar en pista, pero también somos el último garaje, por lo que siempre vamos a estar detrás. Para mí, el problema ha sido la bandera roja y que hayan esperado 30 o 40 segundos, es una mierda”, subrayó el líder del Mundial.