Por segunda vez consecutiva, la comunidad tochera se encuentra frustrada y decepcionada. En el torneo de Tula del año pasado, el premio para los campeones tardó un año en ser entregado, y cuando finalmente llegó, no fue más que un alivio tardío tras una larga espera. Sin embargo, este año la situación ha alcanzado otro nivel de indignación: el premio prometido no solo llegó tarde, sino que fue la mitad de lo anunciado en la convocatoria oficial.

¿Qué está pasando, Secretaría de Turismo?
No es una pregunta sin respuesta, sino una acusación abierta que refleja la falta de compromiso con una comunidad que mueve multitudes y fomenta el deporte en cada rincón de nuestros emparrillados tamaulipecos. Es insultante ver cómo, en lugar de enmendar los errores del pasado, este año las promesas siguen sin cumplirse y la paciencia de la comunidad tochera ha sido pisoteada nuevamente.

¿Y ahora quieren hacer el torneo en Nuevo Laredo? ¿De verdad creen que el mismo modelo les dará mejores resultados? Aún no han pagado a los árbitros del torneo anterior en Tula, y ya están lanzando promesas de premios y rifas adicionales para atraer equipos al torneo binacional.

Resulta obvio que este enfoque, además de irresponsable, es un reflejo de la desconexión de la Secretaría de Turismo con las necesidades y expectativas de los jugadores, entrenadores y aficionados.
Señores de la Secretaría de Turismo, secretario Benjamín Hernández Rodríguez, ¿qué pasó con la seriedad y el respeto? La comunidad tochera no pide caridad; exige lo que fue prometido.

En lugar de seguir haciendo promesas que no cumplen, quizás es momento de repensar las estrategias o, mejor aún, de ser transparentes. La confianza se gana, y en el caso de la comunidad tochera, ya la han perdido en más de una ocasión.

No mentir, no robar, no traicionar, ¿qué no?

Que tengan un excelente día.