Ciudad Victoria, Tamaulipas. – “Correcaminos, el equipo de Victoria, es el orgullo de la Universidad, cuando ellos juegan el estadio se emociona porque en su juego llevan la velocidad”. Así suena la primera estrofa del himno de Correcaminos, reflejando que la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) no solo es un centro de formación académica, sino también una cantera de talentos deportivos que buscan destacar en el ámbito profesional.

Los jóvenes universitarios que juegan para el equipo Correcaminos, actualmente en pretemporada de la Liga de Expansión MX rumbo al Apertura 2024, enfrentan el reto de equilibrar sus estudios con las exigencias del fútbol profesional. Este reportaje se centra en las vivencias de Alán Aguilar y Saúl Urbina, quienes compartieron sus experiencias y desafíos en una charla exclusiva con Extremo Deportivo.

El reto de ser estudiante y futbolista

Combinar estudios y fútbol profesional es una tarea titánica, Alán Aguilar Tejeda, estudiante del segundo semestre en la licenciatura en Nutrición en la Unidad Académica de Trabajo Social y Ciencias para el Desarrollo Humano, describe sus jornadas maratónicas: “Es complicado, pero sabes que se puede, todo se puede. Me levanto a las 06:00 de la mañana para ir a entrenar y regreso de entrenar a las 10:30 u 11:00. Ahí es cuando me hago de almorzar, preparo mis cosas, si tengo pendientes los hago, como tarea, y de ahí me voy a la escuela a la 01:00 y ya de una hasta las 08:00 que salgo y regreso, hago un poco de tarea nuevamente y al siguiente día lo mismo”, revela, mostrando la disciplina y determinación necesarias para cumplir con ambas responsabilidades sin descuidar ninguna.

Saúl Urbina, quien cursa el octavo semestre de la misma carrera, añade: “Sí, es muy difícil, porque a veces cuando estaba en segunda o en tercera (división) entrenaba ahí en la UAT, entonces no había tanto problema de los tiempos, me bañaba ahí en el Multi (gimnasio), ahí almorzaba, ya nada más me llevaba ropa y la mochila; pero ahora, que ya entreno en el CEFOR (Centro deFormación del Club), pues sí es una vueltota, me tengo que salir desde temprano, armo mis cosas, me baño ahí y me voy directo a la escuela”. Estas palabras reflejan la constante presión y el compromiso que estos jóvenes manejan para sobresalir tanto en el ámbito académico como deportivo.

Obstáculos y sacrificios

La vida de un universitario y futbolista profesional no está exenta de obstáculos. La distancia entre la universidad y el lugar de entrenamiento, la gestión del tiempo y el desgaste físico y mental son desafíos cotidianos.

“Después de entrenar estamos cansados, queremos dormirnos y muchas veces me gana el sueño en la Uni…”, relata Saúl. “Yo platicaba con los profes para ver si me pueden apoyar de repente, que, si podía faltar y entregar el trabajo después, los profes con la mejor disposición de apoyar siempre”, destaca.

“Mi familia siempre me ha apoyado, mi papá y mi mamá siempre han estado y, por ejemplo, cuando me cambié de carrera de Comercio a Nutrición también me apoyaron y echaron la mano, pero si por mí fuera, yo elegiría el fútbol, pero yo sé que el fútbol no es para siempre y tienes que tener un estudio”, expresa Alán.

Promesa por cumplir

A pesar del desafío que representa ser jugador profesional y estudiante, Saúl Urbina señala que es una promesa que le hizo a su padre, quien siempre lo apoyó e impulsó a realizar ambas actividades.

“Fue algo que me estableció mi papá en vida, que siempre me dijo, si quería ser un jugador profesional, tenía que acabar una carrera. Entonces busqué una carrera que me gustara, más que nada, y lamentablemente me tocó los dos primeros años en cuarentena, en línea, pero ya cuando regresé a presencial, fue algo muy diferente, me empezó a gustar, ya estoy próximo a terminarla”.

Saúl asegura que no le puede fallar: “Él iba por mí al entrenamiento, me llevaba de almorzar en lo que yo me bañaba, cuando me tenía que cambiar del turno de la escuela, él hacía el sacrificio de los tiempos, los pagos, pues porque al darte de baja te cobran y darte de alta en otra, te cobran también. Es algo que le agradezco, porque me inculcó eso. Entonces ahora mi meta a mediano plazo es acabar la carrera y ya estoy a nada, prácticamente, se lo debo”.

Viajes, clases, exámenes y pelear la titularidad

Entre la cancha y el aula, los viajes de estos jóvenes son una odisea diaria que desafía cualquier rutina. Alán y Saúl atraviesan la ciudad al amanecer, mientras el sol sale, para llegar a los entrenamientos en el CEFOR. Tras horas de intenso esfuerzo físico, emprenden el regreso, enfrentando el tráfico y el cansancio acumulado, además, viajan con el equipo por toda la república cada quince días y pierden constantemente lecciones en el aula que deben recuperar para no rezagarse.

“De los Maestros si recibo apoyo, son flexibles, algunos, no todos, pero tampoco tienes que tirarte a la hamaca, tienes que tener responsabilidad, pero si son flexibles, están más de lado del deporte, como que les interesa más, y cuando estaba en Comercio, creo que era todo lo contrario, ahí sí, se batallaba más, más estricto”, detalla Alán, quien inició su vida universitaria en la facultad de Comercio y hace dos semestres cambio a Nutrición en Trabajo Social.

ADN ‘naranja’

La identidad Correcaminos que estos jóvenes universitarios abrazan va más allá del simple acto de portar una camiseta; es una esencia que se forja en la combinación de esfuerzo, pertenencia y orgullo. Ellos llevan consigo el espíritu de un equipo que representa no solo una institución, sino una ciudad entera. Esta identidad se nutre de la tradición, de los himnos coreados en el estadio y ser espectadores de grandes hazañas que ellos mismos desean emular, de los valores inculcados tanto en el campo de juego como en el ámbito académico.

“Yo si lo siento, pero muchos de mis compañeros en la UAT a veces se burlan de que estoy en el Corre, y el típico comentario de que –salte del Corre-, – ahí no vas a progresar-, – nunca te van a dar la oportunidad-, y yo demuestro que si dan la oportunidad, yo llevo todo el proceso de fuerzas básicas y me han dado la oportunidad, pero obviamente, la oportunidad no te la regalan, la oportunidad te la tienes que ganar, con sacrificio, con esfuerzo, demostrando que haces bien las cosas, porque no siempre llega el futbolista con más calidad, a veces simplemente con ser constante, ser profesional más que nada y, es algo que mucha gente no llega a entender porque no han estado en ese lugar”, precisa Urbina.

El respaldo del club

El presidente del club Correcaminos, David Ashdruval Martínez, subraya la importancia del apoyo institucional:

“Para nosotros es importante concientizarlos que en Correcaminos entendemos que nuestros jugadores no solo son atletas, sino también estudiantes. Queremos que estén más en la UAT, que tengan aspiraciones profesionales fuera del deporte. Nos esforzamos en brindarles un enlace con las personas, tratamos de que los apoyen y entiendan que tienen dos carreras, su carrera educativa y la deportiva, tratar de llegar a buenos términos con las instituciones para que ellos puedan esforzarse al máximo. Tienen una doble responsabilidad y tratamos de apoyarlos siempre”.

Ashdruval Martínez habla sobre la identidad y el sentido de pertenencia que el club busca sembrar entre los jugadores y la universidad: “Queremos que se sientan y pertenezcan a un fuerte vínculo con la universidad. Siempre lo he dicho, vamos a tratar de imitar las cosas buenas de otros lugares. La identidad que sienten en Estados Unidos cuando juegan con sus equipos es lo que los lleva a la NFL, la NBA. Queremos que cuando nuestros chavos den el salto a Primera División se sientan de la UAT, Correcaminos y naranjas, concientizarlos de que adquieran ese compromiso”.

El sueño es ser profesional, no profesionista

El fútbol, como en la mayoría de los países del mundo, es el deporte más popular, y México no es la excepción en términos de práctica y afición. De acuerdo con el Professional Football Report 2023 de la FIFA, México es el país con más jugadores profesionales a nivel mundial, en una encuesta realizada entre sus 211 miembros.

Oficialmente, con la información del organismo rector del fútbol, hay registrados en el mundo 128,694 jugadores profesionales en 3,986 clubes de 135 países, y México lidera en futbolistas y en clubes. Según los datos de FIFA, en México hay 9,464 futbolistas a nivel profesional.

Estos números contrastan con las cifras del INEGI que señalan que solo 8 de cada 100 estudiantes que ingresan a la universidad logran terminarla. Esta tasa de graduación, o “porcentaje de egresados de universidad en México”, es extremadamente baja. La SEP señala que solo el 24% de los jóvenes mexicanos logran inscribirse en la universidad.

El valor de los Jugadores universitarios

El camino de un universitario que busca destacar en el fútbol profesional está lleno de sacrificios y desafíos, es poco valorado. Sin embargo, con el apoyo adecuado y determinación, es posible equilibrar ambas facetas exitosamente. Alán Aguilar y Saúl Urbina son ejemplos vivientes de esta dualidad, demostrando que, con esfuerzo y pasión por el fútbol, se pueden alcanzar grandes logros. La UAT, con el apoyo del rector Dámaso Anaya Alvarado y el Club Correcaminos, bajo la dirección de David Ashdruval Martínez, continúan respaldando a estos jóvenes talentos, fortaleciendo así la identidad y el orgullo de la comunidad universitaria y deportiva en Tamaulipas.

Lista de jugadores universitarios activos actualmente en el Club Correcaminos:

Liga de Expansión Mx

Edson Alejandro Acuña Ríos-UAMCEH

Alexis Guadalupe Villarreal Sánchez-FDYSC

Saúl Abraham Urbina Martínez-UAMTSCDH

Alan Alexis Aguilar Tejada – UAMTSCDH

Liga Premier

Emilio López Lucio-FDYSC

Jorge Luis Dimas Martínez -UATSCDH

Marvin Raúl Rico Cobos-UAMTSCDH

Daniel Eduardo Bilbao García-UAMTSCDH

Jesús Karim Borrego Montoya-UAMCEH

Jesús Adrián Zurita Gutiérrez- UAMTSCDH

Liga TDP

Diego Betancourt Castillo-FCAV

Diego Valentín Reyna Jasso-UAMCEH

Ronaldo Azahel Cruz Zúñiga-UAMTSCDH

Kevin Rafael Castro Rodríguez-FDYSC

Con el respaldo del Club y el Rector, el director técnico Francisco Cortez se ha propuesto apoyar al talento local, y cuatro estudiantes de la UAT, Edson Acuña, Alán Aguilar, Alexis Villarreal y Saúl Urbina, están a punto de lograr un acontecimiento histórico. Tras un arduo trabajo, estos jóvenes tienen la oportunidad de consolidarse tanto en el aula como en la Liga de Expansión Mx, listos para anotar el doblete de sus vidas.