En un partido de mucha rivalidad, emociones y goles, los Rayados de Monterrey se impusieron en casa al acérrimo rival, los Tigres, en una nueva edición del Clásico Regio. El canterano del cuadro albiazul, Íker Fimbres, se convirtió en el héroe, con un doblete en su primer derbi regiomontano.
Apenas a los cinco minutos de tiempo corrido, en una de las primeras acciones de peligro de este derbi, el joven canterano de Rayados, Íker Fimbres, abrió el marcador, siendo además su primer gol como profesional. Tras un remate de Germán Berterame que se estrelló en el poste, el dorsal 204 mandó el balón al fondo de las redes.
Luego de un par de acciones donde Rayados reclamaba que había falta, la tercera fue la vencida. El árbitro central otorgó un tiro libre por la banda derecha a favor de los locales y cuando todos esperaban el servicio al corazón del área, Sergio Canales sorprendió a Nahuel Guzmán y colgó el balón en el ángulo superior del arco. El argentino se estiró cuan largo es, pero no pudo evitar el 2-0.
Llegando a la media hora de partido, Nahuel se llevó puesto a su compatriota, Lucas Ocampos, quien inteligentemente adelantó la pelota en una jugada muy rápida. El árbitro central Óscar Mejía señaló la pena máxima, el mismo Ocampos fue el encargado de patear. Con sangre fría y con su estilo único de cobrar sin mirar al balón, mandó la pelota al fondo para poner el 3-0. Con ese resultado, parecía que todo estaba liquidado para los felinos, sin embargo, la reacción llegó pronto.
Al 44’, Juan Brunetta se escapó de su marca por la banda derecha para poner un servicio raso y con mucha potencia al área. La esférica cruzó por toda la línea defensiva de Rayados, llegando hasta el botín del capitán, Guido Pizarro, quien solo tuvo que empujarla. Ese gol reavivó las esperanzas de los Tigres, quienes no dejaron de intentar.
El árbitro central decidió agregar 10 minutos en la primera mitad, cantidad que generó dudas y molestia en la afición albiazul. En el agregado, Fidel Ambriz contacto la pelota con la mano, por lo que se sancionó otro penal. André-Pierre Gignac fue el pateador y como es costumbre, anotó. En el festejo, el francés volteó a la tribuna rival.
Ya en la segunda mitad, Fimbres nuevamente se vistió de héroe, anotando un auténtico golazo de larga distancia que se incrustó en el ángulo superior. El salido de las fuerzas básicas del club albiazul corrió hasta la tribuna para festejar con la afición y familiares, mientras que compañeros como Ocampos se llevaban las manos a la cabeza por la anotación que acababan de presenciar.
Minutos más tarde, el canterano, quien fue elegido como el hombre del partido, salió de la cancha ovacionado por toda la afición que se dio cita al Gigante de Acero. Con esta victoria por 4-2, el Monterrey extiende su racha a más de un año sin perder ante Tigres en partidos oficiales.