Ciudad Victoria, Tamaulipas.- En el corazón del ejido El Olivo, donde la tierra y el calor se vuelven parte del paisaje, se vivió una jornada histórica de fuerza, resistencia y espíritu. Fue ahí, entre risas, sudor y pasión por el ‘running’, donde se escribió un nuevo capítulo en el Backyard Femenil de Ciudad Victoria, un evento que no solo rompió récords, sino que mostró el verdadero poder de las mujeres corredoras.

Desde antes de que el sol asomara, a las 5:00 de la mañana, 42 valientes se lanzaron a la travesía de recorrer 6.8 kilómetros por hora, vuelta tras vuelta, hasta que solo una quedara en pie. Y aunque la jornada comenzó con sonrisas y energía, el sol victorense no tardó en imponer respeto.

A las 10 de la mañana, el termómetro marcaba 36 grados. El calor no solo pegaba en la piel, sino en el alma, desafiando la voluntad de cada participante.
Poco a poco, el circuito que al inicio parecía amable se convirtió en una verdadera prueba de resistencia. Las primeras deserciones llegaron temprano, pero la determinación de quienes seguían era digna de admirarse.

Para la sexta vuelta, ya casi cruzando la distancia del maratón: 40.8 kilómetros recorridos bajo un sol inclemente, con un viento caliente que más que aliviar, quemaba.

Entre todas esas guerreras, una figura avanzaba en silencio, decidida: Thalía Villanueva, originaria de Río Verde, San Luis Potosí, pero adoptada por el calor victorense como una de las suyas. A la octava vuelta, solo tres representantes de Runners Victoria quedaban en competencia, eran las únicas locales. La batalla era real, cada paso pesaba más, cada vuelta era una victoria personal.

Llegaron las vueltas decisivas. La décima, la undécima… y solo cuatro quedaban en el juego. La lucha se centró entre Thalía y Sarahí Licea, de Valle Hermoso, una corredora fuerte y carismática que hasta bailó antes de la vuelta 14. Pero fue ahí donde todo cambió. Sarahí salió por 300 metros en la siguiente ronda. Las reglas del Backyard eran claras: para ganar, Thalía tenía que correr una vuelta más.
Y entonces, bajo la luz dorada del atardecer, Thalía mostró lo que significa la verdadera fuerza.

Acompañada por su entrenador, Víctor Silva, de Guerreros Runners, salió con paso firme, sin presiones, pero con la determinación de quien sabe que está a punto de hacer historia. No fue una vuelta más. Fueron dos vueltas finales, 14 y 15 para cumplir con el reglamento y sellar su victoria con broche de oro.

102 kilómetros. 15 vueltas. 15 horas.

Thalía llegó a la meta con el rostro cansado pero con el alma encendida. Había conquistado el Backyard Femenil de Ciudad Victoria, se proclamó campeona absoluta y se llevó el nuevo récord de esta exigente competencia.

Nancy Alvarado, coordinadora del evento, fue la encargada de entregar el trofeo y el reconocimiento económico. Pero más allá de los premios, lo que se llevó Thalía —y todas las participantes— fue algo que no se mide en kilómetros ni en relojes: la admiración de una ciudad, el orgullo de una comunidad y la inspiración para muchas mujeres que, sin duda, el próximo año también querrán ser parte de esta aventura.

Ciudad Victoria fue testigo de un evento que dejó huella. De mujeres que no se rinden. De corredoras que desafían el calor, el cansancio y los límites. Y de una campeona que, con corazón y coraje, se quedó con todo.