Los Xolos de Tijuana consiguieron su histórico pase a Semifinales, cumplieron con la lógica y ahora los 4 primeros de la clasificación general son los que se disputarán el título del Apertura 2012.
Nunca estuvo en riesgo la clasificación del Club Tijuana que llegó a este partido de Vuelta con medio boleto en la mano luego de haber vencido en la Ida.
A pesar de que inclusive la derrota por 0-1 les daba el acceso a la semifinal por su mejor posición en la tabla, el cuadro dirigido por Antonio Mohamed buscó la portería rival en busca de sentenciar lo más pronto posible la eliminatoria.
La más peligrosa para los locales en el primer tiempo fue en la agonía de éste, cuando Duvier Riascos encaró en un mano a mano a Jonathan Orozco, quien evitó el gol en contra para Rayados con un excelente manotazo al balón.
Durante el transcurso de esa primera etapa, el cuadro fronterizo se había inconformado en diferentes oportunidades con el árbitro central Roberto García Orozco, lo que provocó la amonestación de varios de sus jugadores, situación más peligrosa para el cuadro local que los pobres embates de los regiomontanos.
Sólo un tímido disparo de Humberto Suazo que se fue desviado y un tiro de César Delgado que controló el portero Cirilo Saucedo, fue lo más peligroso que recibió el Club Tijuana.
Apenas comenzó la segunda mitad y otra vez el colombiano Riascos tuvo un frente a frente con Orozco. En esta oportunidad, el atacante Xoloitzcuintle intentó definir con un tiro raso, pero nuevamente el arquero Rayado hizo una parada soberbia.
Parecía cuestión de tiempo que los Xolos firmaran su pase a la siguienta ronda, pues ni la entrada del desequilibrante juvenil Jesús Corona para los regiomontanos, pudo dar al equipo dirigido por Victor Manuel Vucetich la peligrosidad que necesitaba.
Fue hasta que llegó el gol del paraguayo Pablo César Aguilar cuando se disiparon las pocas dudas sobre quién sería el último semifinalista. Un tiro de esquina que conectó el defensor tijuanense fue la sentencia.
El resto del partido fue controlado por los locales que pasearon el balón. Por diferentes circunstancias, sobre todo lesiones, Rayados no tenía muchas variantes en la banca para buscar darle la vuelta al marcador.
Sin embargo, el amor propio de los jugadores norteños les otorgó un gol, por obra de José María Basanta, tras un recentro de Aldo de Nigris, ya en el tiempo agregado, mismo que únicamente sirvió para decorar el marcador pues esta versión de Rayados es de las más pobres que se han visto en los últimos torneos.