Era un partido que lucía espectacular, dos de los clubes que peleaban por el liderato de la Liga MX, que habían mostrado el mejor futbol del torneo, en un estadio repleto de aficionados, y decepcionaron.
Los Tiburones Rojos y Cruz Azul empataron 0-0 un juego con escasas llegadas, sin emoción, con nulo futbol. Los dos clubes se fueron abucheados.
La cancha del estadio estuvo en pésimas condiciones y tampoco ayudó. En todas las zonas había partes sin césped, consecuencia de los Juegos Centroamericanos que se celebraron hace dos meses. El viento también fue un obstáculo porque el balón era difícil de controlar para los jugadores. Pero la principal razón del juego fue el conformismo de los dos clubes, que prefirieron no arriesgar y quedarse con un empate.
El conformismo se podría entender de Veracruz porque juega para no descender. Pero Cruz Azul, que aspira a tener una gran temporada tras el semestre pasado lleno fracasos, está obligado a dar algo más en cualquier campo en el que se presenta.
Jesús Corona salvó a Cruz Azul. Fue la figura. En las pocas veces que fue requerido, apareció para evitar el gol. En el primer tiempo tuvo una atajada espectacular. Tiro libre que cobró Édgar Andrade, potente, el balón se movió por el viento pero el arquero celeste alcanzó a dar el manotazo y evitar el gol.
La Máquina solo creó una jugada de peligro en el juego. Un tiro libre de Mauro Formica, que detuvo Melitón Hernández sin ningún problema.
En el partido hubo forcejo, muchas faltas. El escaso futbol apagó la emoción de los miles de aficionados que llenaron el estadio, quienes se decepcionaron por un partido que prometía espectáculo, pero solo se quedó en eso, en promesa.
Con este resultado, ambos equipos permanecen con siete puntos en la cima de la tabla general, pero Veracruz es líder por una mejor diferencia de goles.