Carlos Vela se ha convertido en el jugador fetiche de Philippe Montanier, en su ejecutor sobre el campo. De hecho, el Bombardero es el jugador realista más utilizado por el técnico normando y este lunes alcanzará su partido oficial número 50 en las filas realistas. De momento, el mexicano suma 46 de Liga y tres de Copa, aunque su dato más meritorio y que mejor da cuenta de su relevancia dentro del grupo es que con el del sábado en Málaga ha concatenado ya 42 encuentros de Liga seguidos jugando, sin perderse uno solo.
La aventura de Vela va íntimamente ligada a la de su actual entrenador. Llegó cuando el normando llevaba dos meses al mando del equipo y debutaron el mismo día: con el el triunfo (1-2) ante el Sporting en El Molinón el 27 de agosto de 2011. De hecho, los goles del oriundo de Cancún han ido aliviando la situación cuando ésta se tornaba más crítica y cuando la Espada de Damocles de la destitución pendía sobre su cabeza. Antes del encuentro en La Rosaleda, Montanier tenía ya un ultimátum lanzado: sería destituido si no ganaba antes del encuentro de Copa ante el Córdoba. El tanto del ’11’ unido al de Prieto fue un balón de oxígeno.Sin parar desde hace 13 meses
Los tres únicos enfrentamientos ligueros que se perdió Vela fueron al inicio de la pasada campaña y por lesión. Comenzó a entrenarse con un mes de retraso con respecto a sus compañeros y le costó agarrar el nivel del resto. De hecho, su primer gol y su primera asistencia llegaron en la jornada 14 de la pasada Liga. En la actual campaña ya suma, además de los tres tantos, tres asistencias.
El mexicano está logrando escaparse de la espiral de lesiones que afecta a muchos de sus compañeros y eso le ha llevado a disputar todos y cada uno de los 42 encuentros de Liga desde el 23 de octubre de 2011 -Real 0-Getafe 0-. Ha jugado de salida en 34 de esos choques.
Quedan lejos los 70 encuentros ligueros seguidos que disputó Bravo entre agosto de 2010 y abril de 2012, pero los números de Vela tienen mucho mérito y retratan a un futbolista que cuenta con la total confianza de su entrenador.