Matías Vuoso había arrancado alaridos guardados muy dentro. La angustia estaba en su punto más alto dentro del camión de medios queretanos con rumbo al estadio Omnilife.
Cayó un gol de Atlas que mantenía vivos a los Gallos Blancos, pero dos minutos después todo volvió a ser silencio.
Jonathan Lacerda de Puebla anotó para La Franja de Puebla a cinco minutos del final del encuentro y el gol fue cantado a todo pulmón por el locutor en turno que narraba el juego para una estación local de Guadalajara que medio se alcanzaba a escuchar en el traslado de reporteros y fotógrafos.
Incredulidad, decepción, tristeza. La gran campaña que hizo este plantel de Gallos Blancos, bajo la batuta de Ignacio Ambriz, no merecía terminar así.
“Si se hubiera perdido jugando, sería muy diferente, pero que te saquen otros de la Primera División no es justo”, se alcanza a escuchar dentro del autobús, aunque ya no hay nada que hacer.
Es el resultado de años y años de malos manejos administrativos.
Con el empate, prácticamente el conjunto queretano está descendido a la liga de Ascenso, independientemente de lo que pase en su partido contra el Rebaño Sagrado, que ya no alcanza calificación a Liguilla y el juego sólo se convierte en cotejo de trámite.
Serán 90 minutos de dos equipos que ya juegan sin presión, sin nada más que perder, pues la categoría para los emplumados ahora es un objetivo para un futuro inmediato, a corto plazo.