Si en la Selección Mexicana hay un jugador que entienda más que nadie lo que es vivir una deportación por cruzar de manera ilegal a los Estados Unidos, es Carlos Salcido. El jugador de 32 años vivió hasta tres deportaciones en su vida, debido a su necesidad por buscar reunirse con su familia que ya vivía en la Unión Americana.
Ahora, con el partido del Tri en Arizona, estado que tiene una de las leyes más rígidas ante los inmigrantes, Salcido dice desconocer a ciencia cierta cuál es la situación que pasa en este Estado de la Unión Americana; sin embargo, simplemente se enfoca en brindar una alegría a la gente, pues reconoce que es complicado para quien vive de este lado de la frontera.
“Desconozco cómo esté la ley aquí, la verdad ni sé. Lo que sí sé es que siempre es bonito para nosotros venir a Estados Unidos, porque hay mucha gente acá que le encanta el futbol y que siempre está presente en los estadios, apoyando a su selección y que quiere venir a pasar un rato agradable. Siempre queremos hacer lo mejor para la gente”, señaló el jugador de 32 años.
Carlos no oculta lo que vivió cuando apenas era un joven que buscaba mejores condiciones de vida, por lo que sí reconoce que es difícil tener que vivir de manera ilegal en los Estados Unidos, por lo que ahora prioriza dar un buen espectáculo para la gente que acude al estadio y busca estar cerca de los suyos.
“No solamente lo pasé yo, también tengo una familia grande con hermanos, quienes viven en Seattle y sé realmente lo difícil que es, también sé que hay gente que ha pasado momentos más fuertes, pero la realidad es de que no sé lo que hay aquí, estoy del otro lado y lo único que puedo hacer es regalarles una sonrisa y de hacer una buen partido. Ojalá que para ellos sea grato”, añadió.
Y al igual que Salcido, otro de los jugadores que se sensibilizan con la situación es Oribe Peralta, quien no ahonda en los temas políticos, pero sí en la importancia de darle una alegría a la afición mexicana que vive en los Estados Unidos.
“Es muy complicado meterse en esos temas, pero hay que brindarnos para la gente que está por acá. Desafortunadamente no se les puede ayudar como uno quisiera, pero hay que tratar de darles una alegría”, señaló.