Tienen la llave que abre la puerta que está frente a la escalera que conduce al “infierno”. Su objetivo es enterrarla en la árida Comarca Lagunera.
Ironías del futbol. José Manuel de la Torre y sus guerreros controlan el destino de la selección salvadoreña, esa que habita en el genuino averno del Tricolor.
Ninguna visita implica más vicisitudes para los verdes que la del estadio Cuscatlán. Lo vivieron hace cuatro meses… Suficiente para una eliminatoria mundialista.
No repetirla depende de ellos, lo que otorga un aderezo especial al juego de hoy, último del representativo nacional en el 2012.
Además de darles el mejor balance anual en las más recientes dos décadas, un triunfo sobre la “Selecta” enterraría la verdadera llave del “infierno” en la inmensidad del desierto coahuilense.
Revancha deportiva que no debe ir más allá del lienzo verde. Los hombres del “Chepo” solicitan no tener un comportamiento similar al de la afición salvadoreña.
Lo que daría el colofón ideal a una velada en la que pretenden clausurar esa oscura puerta que conduce al “infierno”.