La visita de la Selección Mexicana a Querétaro no fue sinónimo de lleno y aunque cientos de aficionados se hicieron presentes en el Estadio La Corregidora en el duelo contra Panamá y registraron una entrada aceptable con aproximadamente el setenta y cinco por ciento de la capacidad del inmueble, la cabecera norte lució con grandes huecos.
Una hora antes del arranque los seguidores podían conseguir boletos en casi todas las zonas y durante toda la semana previa el lleno nunca estuvo asegurado.
El precio de los boletos parece haber influido finalmente a que las gradas no lucieran repletas. El más barato en la zona de Preferente costó 396 pesos en taquillas y el más caro 891, lo que representó un gasto significativo.
El ambiente previo también fue creciendo paulatinamente y los comerciantes en los alrededores del estadio lo sufrieron visiblemente, al igual que la reventa que esta vez no pudo hacer su ‘agosto’ a pesar de la insistencia.
Sin embargo, el colorido no dejó de estar presente en los alrededores del estadio y al interior con el ingenio de los aficionados que portaron sombreros, máscaras, atuendos y demás muestras de apoyo para la Selección Mexicana estelar que había tenido su última presentación en este territorio en el 2011.