Todos ganan con el sorpresivo fichaje de Rogelio Funes Mori a Pumas procedente de Rayados: el Mellizo se pone a la orden de un entrenador que lo quiere y aprovechará, Gustavo Lema, con quien trabajó ya en la Sultana; Pumas obtiene a un goleador comprobado a bajísimo costo y Rayados se deshace de una ficha que le impedía armar el proyecto óptimo.

Fue el delantero el que provocó el movimiento. Ante la abierta declaración de que no entraba en planes del Monterrey, incluso estaban por arreglarlo con el Gremio, Funes Mori buscó mejores opciones en México para continuar su carrera y por eso contactó a Gustavo Lema, a quien conoce de casi cinco años de trabajo en Monterrey y que tras la salida de Antonio Mohamed, se quedó al mando de Universidad.

De inmediato, Lema le aseguró que sí lo quería en Pumas, pero había un gran problema: la directiva auriazul no estaba dispuesta a pagar la carta del delantero, de contrato aún vigente con Rayados. Sin embargo, ante la urgencia de sacarlo del plantel, la directiva regia acordó con Rogelio y su representante liberarlo para que se enrolara con otro club. Y así, era casi ideal la opción para el club de la UNAM.

Faltaba el sueldo. Pumas le explicó a Funes Mori que no podían pagar el altísimo sueldo que percibía con los regiomontanos, a lo que el delantero naturalizado mexicano mostró compromiso y accedió a reducir el salario con el nuevo contrato. Así, el arreglo fue instantáneo.

El año pasado estuvo a punto de llegar el Mellizo a Cantera, cuando Universidad y el Monterrey negociaron para hacer un trueque en el que no habrían cantidades de por medio sino jugadores: Dinenno por Funes Mori, pero no terminó por cerrarse la operación. Hoy, gracias a la disposición del goleador, de Rayados y Pumas, por fin se cristalizó y las tres partes salen ganando.