El victorense forma parte de ese grupo que vive en el ostracismo durante las horas previas al inicio de la Copa del Mundo. Alan Pulido sabe que los reflectores apuntan hacia los 11 elegidos por Miguel Herrera para medirse con Camerún, pero solicita no olvidarse de quienes pueden resolver el juego, si se complica demasiado.
El Piojo ha decidido que Oribe Peralta y Giovani dos Santos integren la dupla de atacantes de la escuadra tricolor, por lo que el delantero de los Tigres, Javier Chicharito Hernández y Raúl Jiménez deberán aguardar por una oportunidad.
Más que relegado, el tamaulipeco se siente un hombre que no debe ser menospreciado, porque podría traer guardado en la mochila, el traje de héroe.
“Hay veces que los que no inician los partidos son los más importantes, porque están viendo el juego, por dónde puede haber oportunidades y es su responsabilidad saber que, cuando le toque la opción, debe aportar algo al equipo para que se generen jugadas importantes”, describe Alan Pulido. “Todos debemos estar preparados para eso”.
Él lo está, sin importar que luzca como el último cartucho, incluso detrás del Chicharito y Jiménez. No le molesta el rol, ya que se considera un jugador con impacto dentro y fuera de la cancha.
Además de recursos para salvar o terminar de inclinar un choque, Pulido recuerda que los suplentes tienen la obligación de ser en todo momento bálsamos para el grupo durante trances complicados. Deben ser quienes calmen la situación, si se torna álgida entre quienes se encuentran luchando sobre el lienzo verde.
“Por eso estamos acá. Definitivamente somos un equipo comprometido, unido”, presume. “Siempre hay que apoyar al compañero que lo esté haciendo [jugando]”.
“[El Tricolor] está con la ilusión de poder hacer una buena Copa del Mundo. El equipo se encuentra totalmente comprometido en la búsqueda de un objetivo común en Brasil”.
Más allá de quiénes iniciarán. Alan recuerda que todos cuentan con un rol valioso y el verdadero hombre del encuentro no siempre escucha el silbatazo inicial dentro del campo, de ahí su optimista visión.