Max Marín, hijo de Miguel Marín quien fuera figura en la década de los setentas de Cruz Azul, tenía la intención de que Jesús Corona jugara con el suéter conmemorativo que usaba su padre pero el árbitro Fernando Guerrero lo impidió por reglamento.
Como parte del homenaje a su padre que se realizó al descanso del juego entre La Máquina y el Monterrey, Max le había pedido al presidente de Cruz Azul y al mismo Corona que jugara con esta casaca blanca con rayas azules y negras y ambos habían accedido.
Sin embargo, personal del club sabía que por reglamento el árbitro lo iba a impedir pues La Máquina ya tiene registrado tres suéters para portero pero pese esto intentó que el silbante accediera como una ocasión especial y horas antes del juego, Max acudió al vestidor de los árbitros para que autorizara que Corona utilizara el suéter pero éste se negó a permitirlo.
“Lo que pasó es que en primera instancia hubo una confusión en que se pudiera confundir la playera que sacó Monterrey con la que utilizaría Corona de homenaje. Cuando yo llego al estadio veo las dos cosas y les digo que no se confunden. La última palabra la tuvo el señor Guerrero y creo que le falta historia, le falta saber de quién se está hablando, saber que era un homenaje, no era un berrinche, era darle un cierre a un homenaje que es historia en el futbol y yo creo que el señor de futbol no sabe absolutamente nada y fue el que no lo permitió”, dijo Max.
Todavía Alberto Quintano, vicepresidente deportivo de Cruz Azul, platicó con el árbitro para intentar convencerlo pero éste se negó de nuevo. Corona había saltado al campo con el suéter conmemorativo con la intención de jugar, pero tras la negativa del silbante se puso el de color negro.
Cruz Azul le realizó al medio tiempo un homenaje a Marín, quien fuera leyenda del equipo en los setentas y ganar cinco títulos con el club. El club vende un paquete conmemorativo con el suéter, un disco y un libro.