Mejor, imposible. El orgullo del clásico regiomontano, en su edición 95, está en lo más alto.
El actual monarca de la Liga de Campeones de la Concacaf, Monterrey, recibe en el Estadio Tecnológico al vigente emperador del futbol mexicano, Tigres.
Desde el 13 de julio de 1974, cuando se disputó oficialmente el primer derbi (3-3, en la cancha del Estadio Universitario), a la fecha, nunca ambas legiones habían llegado al clásico jactándose de ser Campeones en dos torneos distintos.
Hace casi un año, el 27 de abril de 2011, con tintes dramáticos y contra todos los pronósticos, el Monterrey sacó el carácter que su dinastía le demanda y con buen futbol logró doblegar a un complicado Real Salt Lake en su imbatible casa (1-0), gracias a una jugada de conjunto culminada por el delantero chileno Humberto Suazo.
Ni la racha de 34 partidos ofi – ciales sin perder que presumía el cuadro estadounidense en el Estadio Río Tinto, ni el clima gélido de la ciudad pudieron evitar que Rayados se alzara con el reinado de la Confederación, un título más en los 66 años de historia del club.
El conjunto de la UANL, por su parte, tras 29 años sin trascender en el futbol mexicano, finalmente en el torneo
Apertura 2011 se consagró Campeón, luego de vencer al Santos Laguna en la Final, para dejar descansar en paz las viejas glorias y enaltecer de nueva cuenta el imperio felino.
El partido de Vuelta estuvo lleno de dramatismo, polémica y momentos clave; Santos había empatado el marcador global, gracias a un gol del ariete Oribe Peralta, pero los universitarios, por conducto de Héctor Mancilla, Danilinho y Alan Pulido, marcó el rumbo defi nitivo de la historia del club.
Con tal de no perder fortalezas y mantener la superioridad, pocos fueron los cambios signifi cativos en las plantillas desde el ultimo choque.
La divisa auriazul dejó ir a Danilinho, pero a su vez llegó Elías Hernández; a su vez, la albiazul soltó a Sergio Santana para darle entrada a Ángel Reyna, quien pasa por un gran momento.