Siempre ha querido dirigir al Tri. Sabe que algún día lo hará y más después de haber conseguido lo que le faltaba como entrenador: un título de Primera División.
Miguel Herrera es el flamante campeón del futbol mexicano con el equipo más mediático: el América y de inmediato se convirtió en uno de los hombres favoritos de Emilio Azcárraga Jean, propietario de Televisa y las Águilas.
Apoyado por su reciente campeonato y el aparato de propaganda de la televisora, ahora es otro de los señalados para suceder a José Manuel de la Torre, en caso de que los dueños del futbol decidan cesar al “Chepo” la semana entrante.
“Yo estoy listo para [entrar en] cualquier momento, aunque obviamente es una situación que tienen que manejar los directivos de la Federación [Mexicana de Futbol]”, comentó el polémico Piojo hace algunas semanas en entrevista
Carismático, abierto y frontal, es un motivador nato que comenzó su trayectoria como técnico en el Atlante. El presidente ejecutivo azulgrana, José Antonio García, le dio la oportunidad de mostrar sus dotes como estratega en 2002. Herrera, en ese entonces, percibía un sueldo de 60 mil pesos, una cantidad muy baja para las altas percepciones de los entrenadores de la división de honor en México.
Tuvo un buen paso con los Potros de Hierro, pero mejor desempeño en el Monterrey (2004-2007), su segundo equipo de Primera División. Fue el artífice para que Rayados se olvidara de los problemas de descenso que acarreaba, además de llevarlos a dos finales, que cayeron ante Pumas y Toluca.
Luego fue a los Tiburones Rojos del Veracruz, pasó a Tecos y de nuevo fue reclutado por el atlantismo. Fueron épocas de altibajos, aunque en la última etapa como azulgrana llamó la atención en el Nido de Coapa, que terminó por llevárselo para entrenar al América.
Ahí se disparó su popularidad. Es de lo que no se callan si los naturalizados son “bomberos” para la Selección e incluso hasta se ha metido en problemas con su club, porque es un tipo que suele “irse de lengua” a la menor provocación.
Pero con las Águilas se potenciaron sus conocimientos como técnico. Encumbró a un equipo siempre controvertido, regresó el “Ódiame más” del americanismo en todo su esplendor, para la sonrisa de su fanaticada.
El título del Clausura 2013 lo tiene en la palestra para ser el próximo técnico de la Selección Mexicana. Puede dirigir un Mundial para saldar su deuda personal de no haberla podido disputar como jugador. Es el candidato de Televisa y en general lleva una buena relación con la prensa, algo que “Chepo” no conoce.