Una oportunidad más. Es lo único que solicitan los guerreros de José Manuel de la Torre a la afición. El resto correrá por su cuenta.

Todos los convocados por El Chepo para los juegos eliminatorios ante Honduras (6 de septiembre) y Estados Unidos (cuatro días después) saben que el Tricolor está en deuda.

Ninguno elude la responsabilidad. Su deseo es que la gente no se desespere el viernes, si no marcarle pronto ante los catrachos. Prometen victoria, esa que vislumbran más factible si el Monstruo de 100 mil cabezas vuelve a serle fiel al equipo verde.

“Vamos a tratar de dedicarnos a lo que debemos hacer dentro de la cancha”, comparte Oribe Peralta. “Lo único que les vamos a pedir es que nos apoyen. Cuando estás en mal momento, más lo necesitas”.

Palabras con las que hace obvia la urgencia por recuperar la comunión entre el representativo mexicano y un pueblo harto de sufrir en las eliminatorias mundialistas.

De los cuatro hexagonales jugados este siglo, sólo el que otorgó boletos para Alemania 2006 fue resuelto con facilidad por la Selección Mexicana. No obstante, clasificó en los otros dos… Con Javier Aguirre y Cuauhtémoc Blanco como salvadores.

Esta vez no hubo golpe de timón. De la Torre se mantiene como entrenador nacional, y sus futbolistas están seguros de que saldrán adelante.

“En los momentos malos, es muy fácil criticar, en lugar de apoyar”, insiste El Cepillo. “Lo que necesitamos ahora es respaldo”.

Fortaleza que desapareció en buena parte del choque con Jamaica (0-0). Algunos silbidos también se escucharon cuando Costa Rica se llevó un punto de Santa Úrsula.

Reacción inevitable frente a la inesperada anemia como local. Ellos aseguran estar curados y el volante Fernando Arce solicita “que vuelva el convencimiento de toda la gente, prensa, jugadores del futbol mexicano, entrenadores, de que la Selección tiene muy buen nivel”.

“Siempre nos hemos dedicado a hacer feliz a mucha gente, a disfrutar el futbol, como lo hacíamos desde chicos”, recuerda el elemento de los Xoloitzcuintles de Tijuana. “Hay que jugar sin presiones y ganar”.

Escenario que no luce fácil cuando es trasladado de palabras a acciones. Sin embargo, el contención apela a la madurez del grupo, ese que habita en el ojo del huracán, al que le restan cuatro partidos para cumplir un objetivo que lucía como simple trámite a principios de este año.

“Hay que saberla manejar, conocer los tipos de presiones que tiene cada uno de los jugadores, en qué etapas estuviste y qué presión obtuviste”, aconseja el bajacaliforniano.

“Hay algunos jugadores que no hemos estado en todas las convocatorias [del actual proceso] y venimos a jugar, a disfrutarlo… A sentir la playera de la Selección Mexicana, el Estadio Azteca, que la afición esté apoyando y ver encabezados de los periódicos en los que el apoyo esté al 100%”.

“Somos protagonistas de esto, hay que poner el pecho a todo lo que venga, pero sobre todo, disfrutarlo, porque es el partido de la vida de muchos de nosotros y para eso estamos: representar a una Selección”.

La que, prometen, ganará. Sólo piden otro voto de confianza.