Han pasado tres años. El 17 de febrero de 2010, el técnico José Luis Real le dio instrucciones en la banca. Vio al Bofo Bautista aproximarse hacia la banda. Entró de cambio por él, en el estadio Hidalgo. Así, Jorge Enríquez comenzó su carrera en la Primera División. Por eso, siempre que tiene enfrente la camiseta del Pachuca, el recuerdo regresa y el partido se vuelve especial.
Guadalajara recibirá a los Tuzos en el estadio Omnilife. Para El Chatón se trata de un duelo diferente. La apreciación personal es así, pero en lo colectivo se trata también de un duelo trascendental, pues el Rebaño Sagrado necesita la victoria. Cualquier otro resultado comenzaría a complicar sus aspiraciones de calificar.
“Tengo un sentimiento especial por lo que representa para mí este partido y este rival, creo que va a ser un gran encuentro. Pachuca viene en un buen momento. Es un recuerdo bonito [el debut], pero hay que vivir el presente. Estamos en un momento importante para despuntar”, sentencia el mediocampista.
El campeón olímpico en Londres 2012 ha tenido cierta dificultad a lo largo del torneo para ganarse la confianza del técnico Benjamín Galindo, quien apostó de inicio por Patricio Araujo y Luis Pérez para cubrir la contención. Sin embargo, la lesión de Lucho le ha abierto las puertas de la titularidad.
Su misión, en el esquema táctico del Maestro, no puede limitarse a la recuperación de balones. Enríquez tiene ahora nuevas responsabilidades como lo es ayudar a los delanteros. “Trato de acompañarlos, de ser un apoyo para ellos y si de alguna manera tengo la oportunidad de ir al frente: hacerlo bien”, detalla.
Después del 17 de febrero de 2010, cuando Enríquez hizo su aparición en el máximo circuito del futbol mexicano, Chivas ha enfrentado cinco veces al Pachuca. Sólo una vez ha salido victorioso. Se trata de un rival que se le complica al Rebaño Sagrado.