El impacto que provocó la noticia detonó la bomba. La confirmación que el propio Michel Bauer había hecho sobre su continuidad en el América generó un sinnúmero de críticas en las redes sociales. Todos deploraban que se mantuviera en la presidencia del club azulcrema.
Cerca de la media noche, apareció desencajado ante las cámaras de Televisa. En un escueto mensaje, renunció al cargo.
“He tomado una decisión difícil, que es hacerme a un costado como presidente del club. Quiero agradecerle a mi familia, a mi familia Televisa y a toda la gente que siempre colaboró y me apoyó en el Club América. Siempre trabajé con mucho profesionalismo y cariño para el equipo. Le deseo de todo corazón lo mejor. El Club América estará dando en la semana más información de lo que viene para el equipo. Muchas gracias y buenas noches”, dijo.
Fuentes cercanas al ahora ex presidente azulcrema confirmaron que la presión ejercida a nivel mediático por los aficionados, derivó en el abrupto golpe de timón.
Un día antes Bauer anunció a sus jugadores que todos estaban transferibles, pero después los citó para exámenes médicos, el 21 de noviembre.
Incluso los empleados del club recibieron la notificación de que no habría cambios en la presidencia.
La era Bauer
En el segundo trimestre de 2008, Michel encontró al América en la peor crisis de su historia. Lo recibió en el último sitio general, pero durante su año de noviciado cayó más, al grado de arrancar el Apertura 2009 en el puesto 14 de la porcentual, con 1.1884 de cociente.
Hoy, sin alcanzar la gloria —en tres años y medio de estadía, con la promovida “reingeniería” en punto muerto—, deja al club en el penúltimo puesto general, aún a salvo del descenso.
Bauer entró a Coapa después del adiós de Guillermo Cañedo White, quien renunció al cargo tras dejar al equipo, por primera vez, en el sótano.
Durante su primer torneo en forma, el Apertura 2008, tuvo como estratega al argentino Ramón Ángel Díaz.
Llegaron sus compatriotas Alfredo Moreno y Federico Insúa, además de Enrique Vera. En ese campeonato empeoraron sus números.
Para el siguiente semestre, aún con Ramón Ángel en el timón, se reforzó con Fernando Ortiz, Édgar Castillo y promovió los regresos de Pável Pardo y de Ángel Reyna. También requirió de Andrés Chitiva, Jean Beausejour y Robert de Pinho. Las cosas empeoraron. Sin paciencia para sostener al Pelado, éste causó baja en la fecha 4 del Clausura 2009 y su relevo, Jesús Ramírez, tampoco logró la meta y encaró el Apertura desde la citada posición 14.
Chucho inició la nueva competencia urgido de salvar al equipo. Apeló al regreso de Ricardo Rojas y trajo a Aquivaldo Mosquera, Rosinei y Montenegro. Salió del descenso y clasificó. No pasó de cuartos de final. La mejora se mantuvo en el Bicentenario 2010. Para entonces Chucho se reforzó con Miguel Layún y Luis Alonso Sandoval. Pero se quedó en la misma ronda.
Con el regreso de Manuel Lapuente, en el Apertura 2010, llegaron los dos Vicentes: Sánchez y Vuoso. Con ellos alcanzaron las semifinales.
Lapuente fue cesado y revivió el americanismo de Reinoso, quien avanzó a la fiesta del Clausura 2011 sin trascender, al igual que en Libertadores.
Requirieron de la chequera para aguardar un año destinado al título. Reinoso dijo que se iría si no llegaba a la final. Trajo a Benítez, Aguilar y Molina. El Maestro se quedó sin trabajo y Alfredo Tena heredó el problemón. Así está el América… sin pies ni cabeza.