Moisés Muñoz, el héroe del undécimo campeonato de las Águilas a unas horas de ser el héroe de la más reciente hazaña de las Águilas, asegura que el americanismo está más vivo que nunca y que muchos se convertirán a la religión azulcrema.
“Sin duda que esa clase de hazañas son las que provocan que muchos niños tomen a un equipo. Creo que por la manera en que logramos el campeonato revivirán al americanismo e incluso algunos se cambiarán al América”, aseveró Moisés en entrevista con Central Deportiva.
La clave de este América, que emparejó a Guadalajara como los equipos más ganadores y con mayor afición del futbol mexicano fue el grupo de jugadores que integró la directiva, pero bajo la óptica del portero de Coapa, la llegada de Miguel Herrera como estratega fue fundamental:
“Me parece que hay que darle más crédito a la llegada de Miguel (Herrera). Es un entrenador que le cambió la cara al equipo y revivió el americanismo. Fue el técnico capaz de exigir al grupo al tiempo que supo darles libertades a lo largo de la temporada”, recalcó Moisés.
Muñoz disfruta de la fama que nunca encontró en Monarcas y Atlante. Hoy, como americanista, enaltece su pasión de toda la vida por estos colores.
“A los cuatro años mi mamá me reprimió mi gusto, pues tenía una pequeña playera del América. No me la quitaba para nada. Mi madre rasgó la playera y mi abuela tuvo que coserla para rescatarla. Tras el título del domingo, mi mamá arrepentida, me regresó la playerita como muestra de cariño y orgullo”, agregó el cancerbero azulcrema.
Muñoz relató que también pudo ser jugador de basquetbol, deporte que le apasionó mucho durante sus años de juventud; sin embargo, su gusto por el futbol fue mayor. “Creo que tomé la decisión correcta, si no ahorita creo que estaría jugando en mi barrio”, asegura en tono alegre Muñoz.
Hoy, a sus 33 años de edad, Moisés disfruta el mejor momento de su carrera. Por siempre será recordado por su hazaña en el undécimo título del América y promete vienen más éxitos con el cuadro azulcrema.
“Es un sueño hecho realidad, todavía se me pone la piel chinita al recordarlo”, concluye Muñoz.