El mundo de la tauromaquia se encuentra conmocionado tras el incidente ocurrido el pasado sábado en la Plaza de Toros Jorge Aguilar “El Ranchero” de Tlaxcala, donde el joven torero José Alberto Ortega sufrió una peligrosa cornada. Ortega, de 26 años, enfrentaba a su segundo toro de la tarde, perteneciente a la ganadería de Barralva, cuando recibió una cornada directa en lacara al intentar realizar una “puerta gayola”, una maniobra que consiste en recibir al toro arrodillado frente a la puerta de chiqueros.

La cornada y el estado de salud de José Alberto Ortega

El astado impactó al diestro causándole serias lesiones en el ojo, oído, mandíbula y cuello. A pesar de la gravedad de las heridas, Ortega logró ponerse de pie y dirigirse por sus propios medios hacia el burladero, desde donde fue trasladado inmediatamente a un hospital cercano. El parte médico emitido por el Dr. José Alfredo Zamora Lomelí reveló la crítica condición del torero, señalando una lesión preauricular penetrante derecha, una fractura del hueso temporal en su porción petrosa con irrupción intracraneal y una fractura total del arco cigomático, además de una luxación del cóndilo mandibular.

Las intervenciones quirúrgicas realizadas hasta el momento incluyen la estabilización del sangrado, la cirugía de control de daños con empaquetamiento y hemostasia temporal de la fractura, valoración por cirugía maxilofacial para la estabilización de la mandíbula y fijación oral mecánica, y una exploración de la fractura temporal por el servicio de neurocirugía, considerada un procedimiento de alto riesgo.

La noticia ha sacudido a aficionados y profesionales del toreo, generando una oleada de mensajes de apoyo para Ortega y su familia. La situación ha sido catalogada como “muy grave” por los médicos, con un pronóstico reservado tanto para la vida como para la función del matador.