Rayados del Monterrey logró salir ileso de la confrontación con Cruz Azul, que careció de contundencia en la Ida de los Cuartos de Final del Torneo Apertura 2022. El Estadio Azteca fue testigo de un empate sin goles, en un duelo en el que La Máquina lucía con las posibilidades más altas de imponerse, pero la poca capacidad en la definición marcó el rumbo de una serie que se definirá en el Gigante de Acero el Sábado 15, gracias también al planteamiento que Víctor Manuel Vucetich presentó.
La primera media hora de juego transcurrió en total tranquilidad, con llegadas sin claridad. El esquema mesurado de Rayados funcionó, mientras que en la plantilla cruzazulina Gonzalo Carneiro y Carlos Rotondi tuvieron una noche a la baja.
Sin duda Cruz Azul fue el dominante de la primera parte, con un par de llegadas que acabaron en el lamento de los aficionados cruzazulinos; una de las más claras fue el disparo de Carlos Rodríguez y que terminó en manos del portero Esteban Andrada.
La segunda oportunidad que tuvo La Máquina fue el disparo cruzado de Ignacio Rivero; el jugador recibió en solitario la esférica, le pegó con fuerza y todo acabó a un costado de la portería de Rayados.
En el segundo tiempo Raúl Gutiérrez ejecutó un cambio estratégico: Gonzalo Carneiro abandonó el campo y entró Michael Estrada; el complemento no comenzó de la mejor manera, apenas un fuerte choque de cabezas entre Rodrigo Aguirre y Luis Abram, que forzó al peruano a usar un vendaje especial por el resto del juego.
La Máquina recobró entonces la memoria y se lanzó al ataque: una oportunidad más por parte de Charly Rodríguez, pero el balón fue desviado a tiro de esquina, el cobro fue una jugada más desperdiciada.
Los cruzazulinos llegaban una y otra vez, pero fallaron en cada ocasión; otro ejemplo: Charly Rodríguez filtró a Estrada, el ecuatoriano tomó la pelota y la llevó al área, ahí se quitó al portero Andrada, pero se quedó sin ángulo para dejar la pelota en el arco.
Lamentos de la afición celeste
Los gritos de gol contenidos se tornaron en lamentos, gesto de incredulidad ante la falta de contundencia de Cruz Azul: un tiro libre que cobró Rivero al menos alentó a los aficionados a colocarse en el filo de las butacas, pero dejó la pelota en el travesaño, con un Antrada manoteando en el vacío.