Era el juego más importante para Cruz Azul en lo que va de la temporada porque una victoria significaba seguir con vida en el campeonato, y una derrota, despedirse de la Liguilla. La Máquina sacó el carácter, el orgullo y el futbol para vencer 3-1 a Monarcas.
Desde el primer minuto La Máquina buscó el triunfo. Su necesidad de puntos lo obligaba a no especular. El partido era perfecto para lograr la victoria porque enfrente tenían el rival más débil del Apertura 2014.
El primer gol de La Máquina llegó apenas al minuto diez del encuentro, Mariano Pavone recibió el balón en el área, de espaldas a la portería, se dio la media vuelta y disparó cruzado para meter el tanto.
Los celestes pudieron anotar más goles en el primer tiempo pero se conformaron. Regresó por minutos el equipo apático, falto de hambre. En vez de atacar a su rival para asegurar el victoria, lo dejó recuperarse y lo pagó: casi al final del primer tiempo, Carlos Guzmán tiró desde fuera del área, sorprendió a Jesús Corona quien no puedo evitar que el balón entrara a portería.
El entrenador celeste Luis Fernando Tena sabía que un empate ante Monarcas significaba una virtual eliminación del torneo y no dudó en hacer cambios para que su equipo reaccionara. Y funcionó: metió al Chaco Giménez por Mauro Formica y éste metió un golazo para enfilar a La Máquina a la victoria.
El Chaco aprovechó un tiro libre fuera del área para tomar su liderazgo. Agarró el balón, lo colocó en el campo, caminó unos pasos hacia atrás, se enfiló para disparar, corrió y le pegó fuerte el balón, al centro de la portería. El balón venció al arquero para entrar al arco.
Cruz Azul se motivó y buscó meter el tercer gol para asegurar el triunfo y evitar una reacción de Morelia. Pavone logró marcar el tanto que selló la victoria, al hacer un doble remate dentro del área visitante.
El triunfo permite que Cruz Azul siga con vida. Los tres puntos los mantiene con aspiraciones de lograr su pase a la Liguilla. Lograrlo o no dependerá de qué equipo quieran ser: uno con hambre o uno apático.