La eliminación de Cruz Azul ante el Toluca tuvo un tintes de drama y pudo terminar en tragedia: algunos seguidores de sus porras no toleraron una decepción más y forzaron, segundos después de que terminara el juego, la reja de seguridad para ingresar al campo a protestar. Después intentaron entrar al vestidor celeste, pero tras no lograrlo, se retiraron por la tribuna sin que los policías los detuvieran.
Fue un final decepcionante, uno más para ese equipo celeste que cada torneo se aleja más de su grandeza, que decepciona a sus fanáticos por su falta de hambre y compromiso para ganar.
Es la misma historia de Cruz Azul en la Liguilla: llega, intenta, pero siempre fracasa. El Toluca les sacó el empate a un gol en la Vuelta y una vez más La Máquina está eliminada y cumplirá 16 años sin título.
El Estadio Azul estaba semivacio. La goleada 0-3 en la Ida había eliminado las esperanzas de un título. Cruz Azul estaba obligado a atacar y lo intentó tímidamente todo el partido. Pavone inició en la banca por una lesión en una mano y Vázquez prefirió al Chaco y Joao como puntas, en vez del otro atacante Amione.
Con tiros de larga distancia desviados La Máquina buscó el gol. Toluca los esperó y buscó el contragolpe en el primer tiempo. Y así Da Silva apareció solo en el área, remató, el balón pegó en el poste, y salió de la portería. Era el gol que les daba el pase.
Los ataques de La Máquina fueron poco efectivos. Talavera fue un espectador más. Pero un penal dudoso sobre Torrado le dio vida al equipo celeste. El Chaco tomó el balón y lo metió.
A Cruz Azul le quedaba meter dos goles en el segundo tiempo. Era todo o nada. Entraron Pavone, Amione y Emaná. Pero La Máquina se despidió de nada, sin pelear, sin esforzarse, sin inquietar al rival. Un gol de Velazquez los aniquiló y todavía, segundos antes del final, Talavera cobró un penal ante Corona, era la humillación perfecta pero lo falló.
Se acaba un ciclo en Cruz Azul. Uno más de fracasos. El entrenador y algunos jugadores saldrían del equipo. Llegarían otros. Pero mientras eso sucede, a los fanáticos celestes ya se les terminó la paciencia.