La paternidad sigue siendo azul. La Máquina celeste podrá presumir su hegemonía sobre las Águilas del América un semestre más pese a lo difícil que le resultó salvarla tras el empate 1-1 ante el acérrimo rival y extendió su racha a cinco los juegos sin perder.
La imagen de los últimos minutos cuando Mariano Pavone discutió con Adrián Aldrete fue el reflejo del duelo donde no hubo compasión para disputar la pelota, con ambos cuadros tratando de tener el balón pero con pocos goles.
En la edición 152 del duelo entre ambos equipos sólo hubo dos anotaciones además de que Cruz Azul sumó el quinto empate consecutivo en casa donde no conoce la victoria en este Apertura 2012.
Todo empezó cuando Christian Benítez había advertido su velocidad ante la férrea marca de Alejandro Castro y Luis Perea. Por eso cuando Paul Aguilar mandó un pase frontal de 60 metros hasta el ecuatoriano, esta vez no hubo error y ante la salida de Corona anotó el 1-0 parcial a los 19’.
La respuesta no se hizo esperar y La Máquina se adueñó del balón y de las acciones. Primero fue Alejandro Vela quien desperdició un centro preciso de Gerardo Flores y remató de cabeza por encima del marco.
Luego fue Javier Orozco quien recibió un pase de Alejandro Castro en el área. “Chuletita” ya se preparaba para fusilar a Hugo González pero Aquivaldo Mosquera se lo impidió con una barrida oportuna.
Ante la situación y la posibilidad de perder el invicto, el estratega Guillermo Vázquez decidió modificar el costado izquierdo e ingresó a Maranhao y apenas habían transcurrido dos minutos cuando su velocidad exhibió a la zaga del América.
El brasileño, a los 47 minutos, se llevó todo el costado derecho del rival y sirvió para Javier Aquino quien arriesgó el físico y se lanzó para rematar de cabeza y lograr el 1-1 que desató el júbilo en la tribuna.
Los porteros también regalaron emociones a la afición. Primero fue Hugo González quien se lanzó para evitar un remate de cabeza enviado por Javier Orozco a los 13 minutos justo enfrente de la Sangre Azul que ya preparaba el grito de gol.
Luego llegó el turno de Jesús Corona quien detuvo un mano a mano frente a Christian Benítez al 16’ cuando el ecuatoriano quiso definir raso y el esférico se topó con la humanidad del portero de Cruz Azul.
Fue un clásico donde no faltó la pasión, ni los goles y menos las emociones pero no fue suficiente para un público ávido de otro resultado.
Por ahora las Águilas tendrán que esperar seis meses más para saber si pueden romper la paternidad en construcción de Cruz Azul y La Máquina un par de jornadas más para saber si por fin puede regalar un triunfo a sus fieles seguidores celestes que esta tarde sólo celebraron no perder.