El Azteca volvió a ser ultrajado con el tercer empate consecutivo a cero goles de un equipo mexicano sin claridad y potencia ofensiva, que terminó desesperado tirando balones al frente y correteando a un rival que se plantó con señorío en el campo para mantenerse en la cima del Hexagonal.

La leyenda de un templo que era respetado por su historia ha sido reducida a un lugar donde cualquiera puede sacar puntos. El juego nulo del Tricolor desemboca en la frustración general y la incertidumbre de una calificación que, en teoría era fácil, pero en la práctica resulta lo contrario.

La primera situación clara de peligro fue para los ticos, cuando Aldo de Nigris perdió el balón en medio campo con Yelstin Tejeda, este filtró al desmarque de Joel Campbell quien se fue solo y remató muy cruzado para fortuna de Jesús Corona.

México respondió con una descolgada por la banda izquierda de De Nigris, que al centrar para Chicharito encontró los puños salvadores de Keylor Navas.

Tras las incursiones de ambos, el encuentro tomó un rumbo inesperado para el Tri, pues su rival les robó el esférico y se dedicó a trasladarlo por todo el campo, aunque no tuvieron situaciones claras. Los de casa apelaban al error del rival y apenas generaron dos aproximaciones, pero su funcionamiento dejaba mucho qué desear.

Los de verde trataron de resurgir, pero en pocos minutos los centroamericanos controlaron el trámite y crearon dos opciones importantes con Christian Bolaños como referente. La primera, un balón que cedió a la llegada de Campbell, quien no dudo en disparar pero Corona desvió a dos manos.

El segundo ataque visitante llegó con Bryan Ruiz, luego de que Bolaños jalara la marca y tocara para que el delantero del Fulham inglés tirara un bombazo por encima del arco.

México vio la luz en la parte complementaria, el cambio de actitud fue notorio, comenzaron a asociarse y tocar el balón con precisión; así llegó su primer disparo a puerta, cuando Andrés Guardado desparramó a Cristian Gamboa con recorte, retrasó a Carlos Salcido que metió un fierrazo contenido por el vuelo del arquero Navas.

Los ingresos de Raúl Jiménez y Javier Aquino le dieron mayor amplitud y verticalidad al ataque mexicano, y los papales cambiaron porque era Costa Rica quien jugaba a la contra sin mucha claridad. México intentaba con más corazón que fútbol, pero no era suficiente.

Con el grito de “Fuera ‘Chepo’, fuera ‘Chepo'” que emanaba desde la tribuna, la Selección encontró en un desborde de Aquino una falta que Guardado cobró y Gerardo Flores impactó decabeza, pero el balón se perdió por un costado. Así transcurrieron los últimos minutos del calvario verde, que volvió a salir silbado por un público decepcionado