El tiempo está en su contra. Los técnicos de los actuales líderes del Clausura 2012, Tomás Boy (Morelia) y Miguel Herrera (América), cuentan con un estilo de juego definido y han logrado plasmarlo paulatinamente en sus equipos, pero en su amplia trayectoria como estrategas han carecido de la principal recompensa a la que aspira todo profesional: un título en sus vitrinas.
Y no por falta de oportunidades. Boy inició su carrera como director técnico en la temporada 1989-1990. Desde entonces, ha dirigido 21 temporadas (sin contar la actual), con una Final disputada, en el Clausura 2011, la que perdió Morelia ante los Pumas.
A su vez, Herrera, quien la semana pasada festejó 10 años de su debut en Primera División, cuando tomó al Atlante en el Verano 2002, ha llegado en dos ocasiones al último partido, ambas con el Monterrey (Apertura 2004 y 2005), pero también las perdió.
La historia ha condenado a varios técnicos a sufrir, pero en este caso se ha ‘ensañado’ con el Jefe y el Piojo, pues sus conjuntos suelen ser equipos con propuesta ofensiva, que no especulan, más los resultados en las instancias definitivas no los han favorecido. Desde que se instauró el sistema de Liguilla (temporada 1970-71), se han disputado 59 torneos (sin contar el Clausura 2012). En ese periodo, los técnicos que han sido Campeones no han tardado más de 12 torneos dirigidos para festejar ese logro. Se trata de Daniel Guzmán, quien tardó 12 torneos cortos para levantar la corona con el Santos. Además del Travieso, otros técnicos Campeones que tardaron mucho tiempo en levantar el título son Jorge Marik (11 torneos) y Carlos Miloc (nueve).
Evidentemente, se debe tomar en cuenta que hasta 1996 los torneos se disputaban con 38 jornadas, pues a partir del siguiente periodo se tenían dos oportunidades por año para ser campeón. Sin embargo, para Tomás Boy y Miguel Herrera, el hecho de ser líderes en el presente Clausura, vuelve a encender la esperanza de que esa tremenda sequía termine. Tendrán que dejar atrás a muchos fantasmas. Y, por obvias razones, sólo uno podrá aspirar a cortar su racha.