El Estadio Jalisco vive escenario de contraste: por un lado, estrenó alumbrado espectacular en la presentación del Atlas ante Mazatlán este torneo, y por el otro su cancha sigue en malas condiciones, lejos de la expectativa para un campo de Liga MX.

El Coloso de la avenida Independencia abrió sus puertas una semana después, luego que se suspendiera el duelo inaugural de los Zorros ante Toluca por el pésimo estado del terreno de juego. Clubes Unidos trabajó esta semana, trasplantaron pedazos de la cancha y pintaron las zonas más afectadas, pero a simple vista se apreció aún en malas condiciones. Sin embargo, durante el juego no afectó de forma notable al traslado del balón.

Para presumir la alta tecnología de las luminarias, el Jalisco pintó de rojo el graderío, con símbolos de los Zorros, para después empezar a prender y apagar luces blancas. Exhibición justificada con el nuevo juguete.

Para los goles por supuesto que había celebración especial preparada: Quiñones mandó a las redes de los Cañoneros y el estadio se convirtió en discoteca con estroboscopio, baile de luces sensacional. Pero se tuvo que ahogar, pues tras la revisión se anuló la anotación.