El 2022 del América está siendo igual o peor que el el cierre del año pasado. Las Águilas ya suman siete juegos sin ganar, el equipo cada vez se ve sin idea dentro del campo y por si fuera poco la directiva no termina por cerrar la plantilla, en específico el extremo por derecha que fue la única petición de Santiago Solari.

La presentación del equipo en el Azteca fue un desastre, el Atlas con muy poco, un golazo de Diego Barbosa y otro de Jonathan Herrera en el segundo tiempo, fue suficiente para llevarse la victoria 2-0 y agudizar la cuesta de enero del América.

El primer tiempo fue de muy poco futbol para ambos equipos, solo dos opciones de gol en cada uno de los arcos que fueron bien resultas por Camilo Vargas y Memo Ochoa.

En el segundo tiempo el América intentó un poco más en el inicio, pero se encontraron con una muralla colombiana llamada Camilo Vargas, quien sacó al menos dos claras de gol.

Cuando el juego caía en un bache en el que la pelota no pasaba del medio campo, una genialidad de Barbosa cambió el destino del partido. El zaguero le pegó con rencor a la pelota y la colocó en el ángulo derecho, muy lejos del alcance de Ochoa.

El gol de Atlas desquició por completo al América que perdió la cabeza y Federico Viñas fue muestra de esa inoperancia al poner una patada en el pecho de un jugador de los Rojinegros, jugada que fue revisada en el VAR para que se fuera expulsado.

Ya sobre el final del encuentro el canterano de los Zorros Jonathan Herrera, marcó un golazo de media vuelta para doblegar Ochoa y hacer que el enojo americanista fuera mayúsculo en la tribuna.

América se ha convertido en un equipo predecible, donde los jugadores parecen estar sin alguna ilusión y el cuerpo técnico parece no encontrar la manera de motivarlos, ya son siete juegos seguidos sin ganar y la presión cada vez es mayor y los abucheos en el Azteca más fuertes.