Este es el verdadero rostro del América, el que anhelan los fanáticos azulcremas, el que detestan sus detractores. Bastará ganar la final para ser el más ganador de la historia, con 11 títulos en la era profesional, además de otros cuatro en la amateur.
Base de la Selección Mexicana, con cuatro jugadores convocados, más tres foráneos, permanentemente en sus representativos nacionales, las Águilas han recuperado, tal cual lo prometió el presidente deportivo, Ricardo Peláez, la gradeza que tanto presume en el discurso.
“La verdad es que ha resurgido el americanismo, después de tener, por ahí, malas campañas”, avala Jesús Molina, uno de los nombres que aparecen en la lista del Chepo de la Torre. “La gente se ha vuelto a ilusionar, se ha visto reflejado en el estadio. Ese aliento de la afición, uno lo siente, como jugador, y te hace entregarte más en la cancha”, se sonroja.
“Yo creo que sí, que ha resurgido el americanismo y esperemos culminar la obra de la mejor manera, para que la gente siga con esa ilusión siempre”, abunda Molina.
A diferencia de otros de sus compañeros, moderados y conservadores en sus declaraciones, Jesús asume la responsabilidad histórica que tienen como futbolistas cremas.
“La verdad es que la cuestión anímica en el equipo está bastante bien. Parte del éxito que hemos tenido en año y medio es la armonía dentro del grupo. Como consecuencia se ve dentro de la cancha, somos uno para el otro y esa ha sido la clave. Tenemos que redondearlo con un campeonato”, acentúa el contención amarillo, sin pelos en la lengua.
“No me gusta la palabra fracaso”, ataja enseguida, cuando algún pesimista conecta el eterno e incómodo cuestionamiento: “No me gusta tenerla en mi vocabulario, pero América se organizó para ser campeón. Vamos paso a paso y los rivales tienen esa misma mentalidad. Queremos el campeonato por nosotros, por la institución y la afición. Pensamos en lo que se viene el jueves, posteriormente el domingo y luego se hablará si fue fracaso o no”.