Agobiados, los americanistas no encuentran respiros. Un centenar de personas, entre aficionados y representantes de medios de comunicación, provocan un caos durante el arribo de las Águilas, en la Terminal B del aeropuerto de esta ciudad, con tal de escuchar alguna declaración, llevarse un autógrafo o al menos tocar a alguno de sus ídolos, quienes como pueden logran abrirse camino entre la multitud.
Desesperados, luego de una larga espera, los aficionados, al ver a los futbolistas, organizan porras: “Ole-le, ola-la, no sean mal educados, saluden a papá…”, les gritan, cuando al fin se dejan ver.
La poca seguridad que respalda al equipo no basta y luego de una larga espera, las Águilas deciden abordar el autobús. Entre los primeros en salir aparece Miguel Herrera, quien es apretujado por la muchedumbre, deseosa de estar cerca del estratega emplumado.
Miguel pasa muchos apuros para abrirse camino, hasta que al fin llega al autobús, sin decir palabra.
“No sé si sea revancha, yo nada más vengo a jugar, a dar lo mejor y a poner mi granito de arena junto con todo el equipo”, alcanza a decir “El Maza” Francisco Javier Rodríguez. “Venimos por el triunfo, pero venimos a jugar inteligentemente”.
“Tenemos que estar bien concentrados los 180 minutos para poder salir aventes a la final. Anímicamente ellos andan muy bien después de ganar la Concachampions y a Tigres, pero América también viene motivado por eliminar a Pumas con la ilusión de pasar a la final”, expresa, más paciente, Jesús Molina, con pasado Tigre. “Venimos a ganar, esa es la postura. Venimos con esa mentalidad”, añade.
“Ellos quieren ganar, nosotros también. Va a ser complicado para ambos y esperamos salir ganando nosotros. Va a ser un buen espectáculo y hay que demostrarlo dentro de la cancha”, concluye Molina, mientras la muchedumbre se arremolina por un autógrafo, multivalorado por esta gente, que hoy se ha pintado de amarillo en la termina aérea, con tal de motivar a sus apretujadas Águilas.