El pase a la siguiente ronda estaba en el bolsillo y México no se complicó de más. Tampoco apretó el acelerador ni se presionó para buscar el arco panameño. El Tri Sub 23 siempre pensó en controlar la batalla y cerrar sus primeros tres partidos con saldo positivo. No importó el espectáculo y una victoria decorosa 1-0 confirmó la intención de pasar el trámite centroamericano.
Se terminó la participación en Carson para ahora viajar a Kansas City. El conjunto mexicano no contó con algunas de sus mejores armas en el campo. Luis Fernando Tena les dio descanso con el fin de concentrarse en el encuentro del fin de semana. Sin Fabián y Pulido, los dos estelares del momento, el Tri perdió mucho en el ataque y en el marcador se reflejó sus ausencias.
La actuación mexicana fue tan discreta que Erick Torres y Jerónimo Amione apenas se acercaron al marco rival. Entre los dos delanteros no pudieron cumplir con las responsabilidades ofensivas y se perdieron en el mapa cada vez que intentaron aparecer. También pasó con Javier Cortés, el hombre de los Pumas que sigue muy distante de sus años de despegue.
El ataque mexicano fue tan reservado que, incluso, Panamá fue el equipo que más coqueteó con el gol. El deseo de terminar de manera decorosa su participación en el Preolímpico les quitó presión y el pánico escénico clásico a la hora de enfrentar a un México siempre apoyado por su afición, sea cual sea el estadio sede en los Estados Unidos.
La afición, aburrida por el partido, hizo el suyo en las gradas, al aprovechar la presencia de algunos aficionados hondureños, a quienes aturdieron en cada momento con los recuerdos del triunfo del domingo pasado. El Tri así lo permitió y no pensó en cambiar la situación. El pase estaba seguro y Kansas espera para los partidos finales, donde ahora sí no hay posibilidad de fallar. Londres está a la vista y México sueña con su boleto.