Se trata de una cita con la historia. En una final inédita contra el León, el América no sólo tiene la ocasión de igualar los méritos de Pumas, como los únicos bicampeones en torneos cortos. También cultiva la gran oportunidad de convertirse en el club con más títulos. Sí, 12 estrellas en la era profesional, nada menos.
Por eso, la oportunidad que acarician las Águilas de Miguel Herrera no puede desaprovecharse. No después de haberse dado el lujo de “salvar” a México de quedar fuera del Mundial, en compañía de una base de 10 jugadores que se sobrepusieron a un viaje larguísimo antes de regresar a la Liguilla con el ánimo renovado.
Sin embargo, curiosamente será la base del León, misma que acompañó al Piojo en dicha aventura, la que desafiará a los emplumados, luego de establecerse en muy poco tiempo como equipo de Primera División.
En ese doble desafío aparece la figura de Carlos Slim, al frente de la institución esmeralda, apartado del exigente formato que obligaba a todo club de reciente ingreso al máximo circuito a negociar con Televisa o TV Azteca, para la transmisión abierta de sus partidos. “Después de todo, la final-final va a ser por televisión abierta, por nuestra casa que es Televisa”, se consuela El Piojo, bien identificado al escudo televisivo.
Más allá de cualquier controversia, en el terreno deportivo el americanismo ha recibido con los brazos abiertos a sus oponentes. Miguel Herrera reconoce ampliamente la labor de Gustavo Matosas y, de pasadita, aplaude las virtudes y genialidades de sus principales figuras, entre ellas El Gullit Carlos Peña. “El León está haciendo bien las cosas y hay que mencionar que el rival también cuenta”, admite Herrera. “Britos es un tipo que pica todas las pelotas, te llega Burbano, Luis Montes y ahora hasta El Gallito Vázquez te dispara de media distancia. Y ni hablar de la potencia de llegada que tiene El Gullit”, expone el estratega amarillo sin medirse.
La realidad es que al América lo que más le interesa es concretar el anhelado bicampeonato, que en automático le daría 12 títulos, la máxima cosecha jamás alcanzada por ningún club del balompié nacional. Y, ya de pasadita, sería la primera vez que un superlíder levanta el trofeo en diciembre, para acabar con la llamada “maldición del superlíder navideño”, otro mito que liquidaría El Piojo entre sus muchos récords.
Por eso, a diferencia de los dimes y diretes con su anterior adversario, José Saturnino Cardozo, Herrera ha preferido aplaudir ampliamente el trabajo de su oponente. “Ellos también hace año y medio jugaron una final, en la Liga de Ascenso”, recuerda sin demeritar. “A la mayoría los mantuvo Matosas y las distancias y diferencias pueden ser enormes, pero son dos equipos con buen futbol y eso me deja claro que va a haber buen futbol en la cancha”.
Pese a todo, el León no se deja enamorar y menos cuando hace 16 años, en 1997, fue víctima de dicha “maldición”. Superlíder en aquel certamen, el cuadro esmeralda cayó en la gran final a manos del Cruz Azul. Ahora, los esmeraldas querrán hacer valer esa “maldición” a costa de las Águilas.
De hecho, tanto respeto le genera a estas Águilas la fiereza del León que por eso el propio presidente deportivo azulcrema, Ricardo Peláez, precisa: “No me gusta hablar antes, yo te diría que queremos levantar el título, que tenemos esa ilusión y con palabras no lo vamos a conseguir, lo haremos en la cancha, con el esfuerzo de los jugadores, con la inteligencia que han venido mostrando. Vamos a esperar, pero la idea es ganar el título y dárselo a la afición”.
Después de todo sería histórico, como el mismo bicampeonato, como los 12 títulos o como el boleto al Mundial…