Ciudad Victoria, Tamaulipas.- En su primera incursión en la recién creada Liga Mexicana de Sóftbol, la segunda base de Charros de Jalisco, Abigail Botello Castillo relata para Extremo Deportivo su experiencia en la histórica temporada que culminó con el campeonato, en un torneo lleno de desafíos y triunfos. Desde su participación hasta el enfrentamiento con su padre Martín Botello, entrenador en Olmecas de Tabasco, con quien mantiene vínculos familiares inquebrantables gracias al deporte de sus amores, el sóftbol.

“El auge en los estados donde había equipos fue increíble, con una afición apasionada en cada partido”, recuerda Abigail sobre su experiencia inicial en la liga.

Pero fue su paso por Charros de Jalisco fue lo que marcó un momento que deja huella en su carrera. “Confié en mi equipo desde el principio. Sabía que estaríamos en playoffs y posiblemente en la final”, comparte con júbilo. Y así fue, un camino hacia la victoria que demostró el poder del trabajo en equipo y la determinación de la tamaulipeca.

Sin embargo, Abigail también reconoce que la liga podría beneficiarse de una mayor expansión para incluir a más jugadoras y elevar el nivel de juego. “Más extranjeras podrían aumentar el nivel y la competitividad”, sugiere con humildad.

Pero Abigail no estaba sola, sus compañeras tamaulipecas estuvieron en la travesía, Edith DeLeija, Dayra Sandoval, Valeria Quiroga fueron parte de esta historia.

“Ya jugamos juntas desde hace mucho, siempre hemos sido bien unidas, yo las admiro mucho a las tres, son muy buenas, Dayra y Edith fueron la que les fue mejor, fue un sueño cumplido, era algo que soñábamos desde chiquitas”, compartió con alegría.

“Yo lloré mucho con Edith, porque un día antes en el juego del viernes estábamos estirando y nos dijimos las dos al mismo tiempo, estoy muy cansada, ya mis piernas están cansadas, y le dije, las mías también, pero vas a ver que mañana es el último juego, casi no lo expresábamos porque somos de “le vamos a dar hasta donde tope” y al siguiente día que jugamos y ganamos, lloramos y recordamos los viajes, estar lejos de la familia, es difícil pero al final Dayra, Edith y Valeria nos conocemos, somos las más cercanas pero junto con todas mis compañeras que siempre nos apoyaron y fueron muy lindas, dijimos ya vamos a descansar”.

Pero detrás de cada logro hay una familia orgullosa. “Mis padres están muy orgullosos y me felicitaron”, comparte con una sonrisa. Y aunque es exigente consigo misma, reconoce el apoyo y la conexión especial que tiene con su padre Martín Botello, incluso cuando se enfrentan como rivales en el campo.

“Mi papá es mi mejor amigo, la persona más importante en mi vida”, confiesa con ternura. La relación entre padre e hija trasciende la competencia y se nutre de un profundo amor y respeto mutuo, el juego los une.

“Fue muy feito enfrentarlo, cuando llegué al campo y lo vi tenía un mes que no lo veía, las personas que me conocen saben que soy muy apegada a mi papá y ya lo extrañaba mucho”, contó. “Cuando bateé y di hit vi que mi papá se agachó, yo creo que para no aplaudir o echar una porra y yo siempre que jugaba contra él, siempre lo buscaba”, mencionó con cariño.

El primer campeonato de Charros de Jalisco fue un momento de celebración y emotividad. “Ver a mi familia en la tribuna, fue muy emocionante, ver a mi hermano Botellin llorando me quiebra”, comparte Abigail. Y cuando finalmente pudo abrazar a su padre quien no pudo estar el día del campeonato y al no poder compartir la alegría del triunfo, las lágrimas fluyeron.

“Mi papá no había podido asistir porque estaba con otras niñas, son un equipo que yo he entrenado también en la categoría 11 y 12 de Tamaulipas, mi papá tenía ese torneo y tenía que cumplir con ellas, ya que tenía un rato fuera y yo todavía no llegaba, entonces cuando quedamos campeonas volteo a ver a mi mamá y mi hermano, ahí lloré mucho.

“Siempre los he admirado, mis hermanos (Botellin, Alan y Mar) son muy buenos y tienen la facultad de hacer todo”.

Pero para Abigail, este es solo el comienzo. “Siento que puedo dar más, que puedo mejorar”, afirma con determinación. Su compromiso con el deporte y su constante búsqueda de excelencia la impulsarán hacia nuevos desafíos.

A través de su historia, Abigail Botello Castillo inspira con su pasión, su dedicación y su profundo amor por el juego y su familia. Su viaje en la Liga Mexicana de Sóftbol es un escalón al futuro de la disciplina en México, con determinación y apoyo, cualquier meta para ella es alcanzable.