Con una de las postales más características de nuestra ciudad viendo el viejo edificio del “ITACE”, ahora DIF Municipal, con su reloj detrás de sus casi 400 pies de profundidad por el jardín central e infinidad de historias escritas sobre su diamante, esta semana se decidió el futuro sobre la desaparición de una de las leyendas del beisbol en nuestro estado, el mítico parque “Praxedis Balboa Gojón”.
Será en la audiencia privada que realicen el gobernador del estado Egidio Torre Cantú, el secretario de Obras Publicas Manuel Rodríguez, el director del Instituto Tamaulipeco del Deporte Enrique de la Garza y el enlace de Gobierno del Estado con Correcaminos José Manuel Basave Benítez , sobre la ampliación del estadio Marte R. Gómez, en donde se tomará esta decisión.
Con esta medida podrían quedar atrás, no solo los 46 años de historia, que tienen sus tribunas, ni tampoco los más de 70 años que llevan jugando beisbol en este lugar desde aquel destruido parque de madera, si no también se esfumara lo que algún día fue el lugar más concurrido de la capital del Estado.
La Historia
Tragos dulces y amargos cuentan los grandes del beisbol local sobre este inmueble. Como olvidar las anécdotas de Don Arnulfo “La Güera” Mata Huerta, Héctor Herón Sánchez, el mismo Pedro Treto Cisneros o el profe Carlos Benavides Q.E.P.D, sobre los “Henequeros” sucursal de los Sultanes de Monterrey en la extinta de la liga centras, hasta los “Pericos” haciendo honor a nuestra cotorra ciudad en los años noventas.
Estos fueron solo algunos de los muchos pasajes que se comenzaron a escribir desde la construcción de la llamada catedral del beisbol victorense en diciembre de 1962, cuando el Dr. Norberto Treviño Zapata era Gobernador del Estado y el Presidente Municipal Arsenio Saeb Félix con una inversión de $530,768.44 pesos según las placas que están en la entrada del coloso.
Misma que fue terminada en septiembre del 1965 durante la administración del Lic. Praxedis Balboa Gojón, de ahí que lleve su nombre y el edil municipal era Carlos Quintanilla quienes terminaron el estadio con solo el 75% de su costo total, dice otra de las placas del parque.
Pero en este lugar el beisbol se práctico desde muchos años atrás, pues desde antes de la construcción de este inmueble, la pelota caliente rolo en ciudad Victoria de un modo que comenzó a ser el deporte más popular de la región. Jugadores capitalinos y de los diferentes municipios aledaños llegaban cada fin de semana a practicar el deporte clásico de la familia local, como cuenta Don Héctor Herón “llegaban a jugar desde el ejido cerritos de Güemez, de la Chona, el barretal, de Linares, eran grandes partidos los que se veían sábados y domingos. Bueno el beisbol que se jugaba en el parque era tan bueno, que dos empresas radiofónicas transmitíamos los duelos de las ligas amateur los domingos”.
Tampoco se puede dejar de lado los malos momentos como el lamentable fallecimiento de Renato Filizola en el año de 1949 un joven de la alta sociedad victorense que marco en ese tiempo por ser uno de los hombres más queridos del beisbol local y dejando muy joven la faz de la tierra, falleciendo en la primera base del estadio, la mítica primera de Renato.
Tiempo de los “Henequeneros”
Fue en la época cuando el futbol tomaba fuerza en la capital del estado con los “Cuerudos”, que llegó a la ciudad un grupo de inversionistas del Bajío, buscando dar forma a una liga que se llamaría la Liga Central del Beisbol Mexicano, sucursal de la Liga Mexicana de Beisbol, y para ciudad Victoria querían traer a la sucursal de los Sultanes de Monterrey.
Entonces apareció Juan Treto empresario capitalino y hermano del ex dirigente de la LMB Pedro Treto Cisneros levantado la mano y convirtiéndose en gerente general de este club, como manager llego la leyenda regiomontana Fidel Flores y con jugadores de la taya del gran Mercedes Esquer, Leo Valenzuela, Chito López, Jesús Órnelas, Manuel Bobadilla, Leonardo Clayton, Porfirio Mendoza, Julián Camargo, entre otros.
El nombre de los Henequeneros fue tomado por la gran cantidad de estas plantas que existían en la ciudad ya que era el principal producto de exportación, esta etapa dura entra 1975 y 1878.
La época henequenera fue sensacional dejando grandes anécdotas como el mismo Mercedes Esquer cuenta, “me parece que fue en el 77 cuando lancé un juego perfecto, fue en contra de Fresnillo, sucursal de los Diablos Rojos, ahí estaba Nelson (Barrera), que en paz descanse, David Villágomez, Dagoberto Román, Alejandro Lizárraga. El catcher fue Jesús Manuel “Chito” López, es una anécdota que contamos él y yo. Oye, ¿te acuerdas cuando te catché el juego perfecto?, sí, como no, entonces, a broma me dice… que mal te pedí ese día, todo fue bueno” dice el ex lanzador.
Grandes Peloteros
Dentro de los grandes que pisaron el diamante del Praxedis Balboa estuvieron Héctor Espino, El “zurdo” Soto, El cubano Livan Hernàndez, Leonardo Clayton, Nelson Barrera, entre otros grandes , pero un solo jugador mexicano tiene el privilegio de decir que esta es su casa, el ex Grandes Ligas Ismael “El Rocket” Valdez.
“El Rocket” quien tiene el orgullo de tener un lugar especial en la entrada de este coloso, es el único victorense en haber jugado en la ligas mayores. El fue entrenado por el profesor Carlos Benavides Peña en este estadio para jugar con el extinto equipo de los Pollos Quinsal de Don Jesús Quintero.
La Debacle
La peor época para el Praxedis comenzó a partir de los 90´s cuando el beisbol perdió popularidad en la región y su grama era usada para otro tipo de eventos, como conciertos, camionetas monster 4×4, fiestas, programas televisivos, lucha libre, mítines políticos, los cuales dejaron poco a poco en lamentables condiciones y en ese tono terroso, con grava que se ve actualmente.
El día de hoy además de todas las anteriores se suman a este ocaso el permiso otorgado a otras disciplinas deportivas como el lanzamiento de bala o martillo, el futbol o el Tochito Bandera, además de la completa desatención que se tiene por parte de las asociaciones de Softbol y Beisbol, así como de las autoridades deportivas de las cuales compete este inmueble.
Pero lo más importante para la situación actual de la casa de beisbol victorense es la poca difusión que el beisbol ha vivido la última década, por las constantes peleas internas que se han tenido entre las organizaciones locales, las cuales no han parado hasta la actualidad.
Es así, como el posible ascenso de Correcaminos, será el detonante para demoler el legendario estadio Praxedis Balboa, que terminará su historia para dar paso a un estacionamiento, mismo que es requisito de la Federación Mexicana de Futbol, para un equipo de Primera División, terminando con los más de 70 años de historia de la pelota caliente y pelota blanda en nuestra capital tamaulipeca.