(ESPECIAL)

Quizá poca gente conoce a Juan Avalos Carreño, cuando se presenta de esta manera, pero al decir Johnny “El Pulpo”, muchos pueden tener el referente del máximo luchador profesional que ha dado Padilla, Tamaulipas, originario del Ejido Santa Juana, y a punto de cumplir 40 años de trayectoria sobre el cuadrilátero, Johnny “El Pulpo” sigue demostrando por qué es y será el icono de la lucha libre de la región.

En 1972 inició su carrera como amateur, entrenando pesas bajo las gradas del estadio Marte R. Gómez, gimnasio que se ubicaba donde ahora se encuentran los vestidores del equipo Correcaminos, pero no fue hasta 1974 cuando Juan Avalos, logró obtener su acreditación de profesional, gracias al apoyo del promotor Héctor Benavides Peña, quien vio algo especial en ese joven que no tenía vicios, y que le llamaba mucho las funciones de lucha libre, que se desarrollaban en la extinta plaza de toros, en la cual Johnny “Pulpo” comenta pagaban un peso por función.

El inicio no fue fácil, para un luchador local y de poca experiencia, pero una de las ventajas es que el cuadrilátero carecía de luchadores en la localidad, sin desesperarse los años pasaron recopilando experiencia, con carteleras pequeñas, donde encontró la oportunidad de codearse con “Guerreros”, de Tampico, Monterrey y México.

En viva voz y en exclusiva para Extremo Deportivo, Johnny “El Pulpo”, recuerda sus inicios y anécdotas que vivió a través de estos 40 años, de llaveo y contra llaveo:

“Mi familia y yo somos nacidos de cuna humilde, y con el desempleo que siempre ha existido, pues la idea fue buscar trabajo, con un compañero que también venia, del pueblito de donde soy de Padilla de Santa Juana, y buscando esas opciones trabaje en un restaurante, que todavía existe y se llama “El Pulpo”, de ahí nace mi apodo”.

Al ver por primera vez la lucha libre, “Mercenario” nombre que utilizara años después, quedo impactado por el desempeño de los luchadores en el cuadrilátero, tanto que buscó la manera de ser parte de ella, oportunidad que siempre agradece al sector aficionado.

“Desde chamaco, siempre me llamó la atención, nos íbamos a la plaza de toros a ver la lucha, recuerdo que nos cobraban un peso en las gradas, yo tenía 16 años y pues para nosotros era algo fuera de lo normal, y más cuando recibimos la invitación de participar, era algo muy novedoso y como no había luchadores aquí”.

Ya con licencia de la Federación Mexicana de Comisión de Box y Lucha, para participar como profesional en 1974, “Arlequín” identidad que llevó en otra de sus etapas luchistica, hizo cartelera de peso, siendo observado por René “Copetes” Guajardo, luchador y promotor en aquellos años, invitándolo a luchar al circuito independiente de Monterrey.

“Nosotros empezamos a ganar lana, y la gente nos seguía, se fijaban en nosotros, la gente es la que hace al deportista, y  más adelante ya luchando como profesionales, se nos dio la oportunidad que nos viera, “Copetes” Guajardo, en Ciudad Mante, y nos invitaron al circuito independiente de Monterrey”.

Bajo el mando de Guajardo, Johnny “El Pulpo”  aprendió cosas nuevas en la lucha libre, volviéndose una garantía en el escenario del “6 x 6”, llevándolo a lugares como la toreo de cuatro caminos en México

“Cuando empezamos a conocer gente en Monterrey, empezamos a aprender cosas nuevas, de ahí nos invitaron a la Ciudad de México, y estuvimos en el toreo, viajando por muchos lugares, pero más en el norte como Laredo, Reynosa, la coliseo de Monterrey”.

La oportunidad de oro en su carrera, llega  en 1992 con la creación de la Triple AAA, donde formó parte de la una de las mejores tercias rudas, como lo fue la de los Payasos, manteniéndose hasta 1996 en la Triple manía, hasta que tomó la decisión de formar nuevos talentos, tomando el roll de padre para muchos de ellos, enseñándoles el arte de la lucha libre.

“No es que me sintiera cansado, pero ya era mucho tiempo el que le había dedicado como luchador, y en 1996 empecé a formar chamacos, cuando estas en esto conoces mucho la vida de la calle, ahí fue donde me motive a hablarle a muchos de los chavos, que a veces hablándoles los ubicas en algún deporte, cuando yo llegué aquí, llegue sin zapatos, pero nunca agarre el camino del vicio, si no que busque la forma de superarme”.

Nace El Hijo del Mercenario, y sigue la leyenda

En el plano personal Juan Avalos Carreño o Johnny “El Pulpo”, también tuvo la dicha de procrear 3 hijos, de los cuales uno sigue sus pasos en la lucha libre, como lo es el “Hijo del Mercenario”, en fundado en su máscara negra con vivos dorados, el heredero de las glorias del “Mercenario”, nos cuenta como ha sido la vida, al lado de su padre.

“Mi padre siempre me trajo desde los 4 o 5 años en las luchas, yo a veces ni entendía pero me gustaba mucho verlas, el ver la gente como se emocionaba y todo eso, siempre lo viví diferente, esa mística de la lucha, la esencia de que se cómo es, desde niño en los vestidores, con la gente, con los luchadores, y compañeros de mi papá”.

A tan corta edad, codearse con los ídolos del ring como, El Felino, El Negro Casas, Pedro Navarro, El Fabuloso Blondie, Love Machine, Sangre Chicana, Tinieblas, Blue Demon, El Santo, por mencionar algunos, “El Hijo del Mercenario” recuerda una anécdota en particular, donde unos luchadores le jugaron una broma, para distraerlo porque Johnny “El Pulpo”, entraría al quite para personalizar a un exótico, función que no que no quería, fuera vista por su hijo.

“Me da mucha risa, cuando platico esa anécdota, el Hijo de Blue Demon, y Blue Panter, me encerraron en un refrigerador, porque mi papá iba a subir de exótico, y pues yo de niño no quería que lo viera, pero me sacó esta luchadora que está en el Consejo Mundial de Lucha Libre, Princesa Sugei, ella me sacó y me llevó a los vestidores y se puso a jugar conmigo”.

Siendo educado, entre vestidores, y funciones de lucha libre, siempre vio a su padre como el mejor del mundo, no importando si convivía con las estrellas que tanto el admiraba.

“Para mí siempre fue el mejor papá del mundo, hasta la fecha lo es, hay compañeros que todavía se acuerdan de él, es muy grato que luchadores como la Pimpinela, El Brazo, que recientemente vinieron con la Triple A, se acuerden de él y  me preguntan, ¿oye tú papá como esta? Incluso por mi cuando me dicen que ya estoy muy grande, es bonito que cuando vienen a Tamaulipas, de Victoria el referente sea tú papá”.

A pesar de que nunca tuvo como maestro, a su padre en la lucha libre por decisión de Johnny “El Pulpo”, el siempre sigue los buenos consejos que le da, sin dejarse llevar por el estrellato.

“Dicen que para alcanzar la fama tienes, que sacrificar muchas cosas a mí en el 2007, hubo una lucha donde un amigo de mi papá, El Cibernético, le dice enfrente de mi dámelo Juan, yo me lo llevo y para el siguiente año, yo ya lo traigo luchando en estelares conmigo, y  mi papá le contestó que no, yo mejor lo enseño y lo apadrino, y luego le tiene que llegar su oportunidad pero todo a su tiempo, no digo que sean malas personas, pero él sabe porque no me dejó ir, y tuvo razón en ese año dispute un preolímpico en judo, lamentablemente perdí, y el que me ganó se fue a las Olimpiadas, en Beijing”.

Con el bando rudo, bien definido el hijo del Johnny “El Pulpo”, siente que viene lo mejor en su vida como luchador, siempre de la mano de su padre, enseñándole todo lo que él aprendió.

“Siempre he sido rudo, como mi papá, yo quiero hacer que el Hijo del Mercenario crezca, sé que se va a llegar mi oportunidad, la ventaja que tengo es que conozco a muchos luchadores por mi padre, y el día que se me llegue a dar esa oportunidad pues no decepcionarlos, y así poder incursionar a nivel nacional”.

El apoyo incondicional de Johnny “El Pulpo”, hace que “EL Hijo del Mercenario” se sienta orgulloso, al ver que su padre es una leyenda, cuando ve que la gente que reconoce de lucha libre, lo recuerda en un saludo, en un abrazo, o en un buen comentario, anhelando seguir con el legado que dejó dentro del cuadrilátero.