Como dice el famoso refrán: “No hay fecha que no se llegue, ni plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague”, y es que este domingo no fue como cualquier fin de semana en Ciudad Victoria, fue un día especial, el cual tuvo de todo, morbo, polémica, alegría y tristeza, pero como dicen… así es el fútbol, el deporte más popular del planeta y esto fue lo que se vivió en el juego de “Vuelta” de la Gran Final de la categoría Primera Fuerza de la Liga Santander Premier entre Deportivo Martínez y el Fluminense.
Dos de las colonias más longevas de la capital tamaulipeca se veían paralizadas por este compromiso, donde los de la Horacio Terán (Fluminense) tenían la ventaja de 2-1 sobre los de Rincón de Tamatán (Deportivo Martínez).
Los primeros en llegar al juego fueron los vendedores, quienes ofrecían desde tortas hasta las del “Qué paso”, flautas que si son de harina. Y es que como no, si aparte de ver un buen partido, el paladar no podía perderse el sabor de un juego de fútbol llanero.
Poco a poco el estacionamiento de la Unidad Deportiva Revolución Verde iba quedando chico, ya que este se comenzó a llenar desde las 10:00 horas.
Carpas, sillas, trompetas y plegables fueron llegando, donde a lo lejos se escuchaba, “para que te haces se la compraste a un “profe”, que solo la uso por 12 días en el plantón”, donde las carcajadas se hacían presentes; mientras que otros esperaban que un alma piadosa les ofreciera poco de sombra, ya que el astro sol registraba ya más de 32 grados apenas a las 10:40 horas.
Azul y blanco de un lado, y del otro amarillo y negro, era como se teñían las gradas del campo 5 de la Unidad Deportiva Revolución Verde, “hazte pa’ allá que ahí quepo”, “córrete, no seas cu&@ que está bien gacho el sol”.
Llegaba la hora, el reloj marcaba las 11:00 y la tensión se sentía en el aire, ese aire que cortaba, donde la incertidumbre crecía, por lo que el silbante Iván Rodríguez llamó a los 22 hombres que estarían disputando la final.
El reloj marcó las 11:11 (y cada equipo pidió su deseo), y el silbatazo inicial se dio.
El juego
El nerviosismo se veía en más de un solo rostro, era evidente, que cada equipo buscaba llevarse la corona que dejaba vacante Las Palmas, y es que era a través de los gritos donde querían ocultarlo, ¡dale…! rompe si te da, ¡profundidad carajo!, eeeeehhhh!!! No te confíes, ubícate, y esto apenas al minuto 3 de juego.
El primero en irse del campo de batalla Sergio “Fanta” Escalera, quien apenas llegaba el minuto 10 y era sustituido por Salvador “Chavita” Muñiz, “aguanta mi “Fanta”, eran las palabras de aliento que se le daban en la banca de Martínez”, donde se veía a una “Bestía” Balboa preocupado y un “Chuy” Martínez buscando descubrir la fórmula para romper a su rival.
Pasaba el tiempo y el respeto de ambos equipos provocaba que el balón pasará los primeros 25 minutos de juego en el cinturón del rectángulo, arrancando bostezos en el graderío.
Por un lado se escuchaba “¡Despierta Martínez!, dale hombre que es una final”, mientras que por el otro “Calma “Flu” que esto apenas comienza”.
31’ Martínez hacía estallar la grada, y es que el “Ferrari” Amarrillo se metía hasta el garage de la Horacio para igualar el global, esto a base de puros riñones y buen fútbol, ya que Nery Zurita llegaba barrido en la línea de la meta del “Flu” para mandar guardar el balón al fondo de la red, poniendo el 2-2.
Gol que provocó la algarabía de la afición “Si se puede cabrones”, “ya los tenemos” eran las frases que se escuchan en la banca de Martínez.
Tras el gol, un grito desde la grada apagó el festejo de Martínez, ¡”Flu” sino quieren jugar sálganse ¡hijos de su pu@& madre!, que venimos a ser campeones!
A pesar de esto el 1-0 duro los 45 minutos del primer tiempo.
En el descanso, toda clase de rostros se venían en las dos bancas, por un lado la alegría de saber que las cosas se habían emparejado; mientras que por el otro el coraje y la impotencia de no poder sacar este primer tiempo.
El complemento inicio y el nazareno hizo sonar su ocarina, donde Martínez mandaba tres cambios, que le servirían, ingresando Óscar “Canica” Echartea, Diego “Diegote” Mata y Luis Díaz al terreno de juego, buscando seguir con todo a la ofensiva.
““Piernas”, no juegues ahí, ¡hijitoooo!…”, eran los gritos desesperados de la banca del “Flu”, donde veía que su equipo no se enfocaba en el juego, “Cala… Calabazo, cabrón empujalos, nos están comiendo en el medio campo” fue el último consejo que se dio antes del 2-0 y es que apenas era el minuto 7, donde Gregorio Espinoza y Hernán “Chino” Badillo hacían la maldad.
“mmmmta madre, porqué juegan ahí cabrones, revienten con una chingada”, era la molestía del entrenador del “Flu”, que veía a su equipo morirse de nada en el terreno de juego.
Y es que al minuto 19 del segundo tiempo las esperanzas del “Flu” terminarían, cuando un despeje largo de Martínez bota en la zona roja para que le terminaran cometiendo una de las once faltas al “Chino” Badillo, penal que concretaba el “Demonio” Cervantes, poniéndole el tercer clavo al ataúd.
“¡Carajoooooooo!, mejor no hubiéramos venido”, “¡Al chile!”, se escuchaba en la grada del Fluminense, en tanto que la alegría inundaba la zona de Martínez.
Al 80’ Brandon Aguilar encendía la llama de la esperanza para el “Flu” con un gol de cabeza.
A pesar de esto los azul y blanco tuvo la última del partido, pero el grito de gol se quedó atorado en la garganta, cuando el disparo se iba por un costado.
“Si la mete… era gol y nos íbamos a tiempos extra”, escuchaba en la banca.
El silbatazo final llegó a las 13:10 horas, y es que el “Flu” tendrá que esperar un año más para acabar con la sequía de títulos que tienen. Mientras que Martínez lo volvía a hacer, poniéndole el sello de la casa, regresar de la derrota, para terminar llevándose el campeonato.