Serena Williams sólo tiene una obsesión: empatar y superar después el récord histórico de títulos de Grand Slam en posesión de la australiana Margaret Court.

Es por ello que la estadounidense ha confirmado este mediodía, antes de su debut en Wimbledon, que se ha descartado para participar en los Juegos Olímpicos de Tokio.

A sus 39 años, y tras estrenar maternidad en 2017, sus prioridades son otras. Serena sabe que le queda poco tiempo en la élite y quiere apurar sus opciones de ganar grandes coronas.

Después de Tokio aparece en el calendario la gira americana de pista dura que termina en el US Open, otro de los objetivos del curso.

La baja de la Williams se une a las de Rafael Nadal o Dominic Thiem. Quien sí ha dado un paso adelante y estará en Tokio es el británico Andy Murray, que se colgó consecutivamente el oro en Londres 2012 y Río 2016.