En una fiesta que tardó 24 años en prepararse, miles de alemanes mostraron su adoración y admiración por los ganadores de la Copa del Mundo en un desfile de la victoria celebrado en la puerta de Brandendurgo.
Los jugadores, que vestían camisetas negras con el número 1 estampado recibieron las muestras de cariño de más de 400 mil aficionados que llenaron la explanada frente al monumento histórico que identifica a Berlín.
Los aficionados comenzaron a llegar a este sitio en la madrugada para dar la bienvenida al equipo dirigido por Joachim Löw y al trofeo. El cuarto título mundial de Alemania, primero desde 1990, coronó años de trabajo de Löw para modernizar al equipo y se consiguió tras cuatro fracasos en torneos recientes.
“Todos somos campeones mundiales”, dijo Löw a la multitud.