Cristiano Ronaldo se reencontró con la alegría en la Liga de Campeones, donde el Real Madrid, a base de corazón y ayudado por los errores del Manchester City, que tuvo el partido en su mano, logró su primera victoria en la competición continental.
El choque osciló de un lado a otro al final. Lo tuvo perdido el Madrid, que a cuatro minutos del término entró en crisis; lo redimió en tres minutos mágicos en los que dio la vuelta a la situación.
Es más. El Madrid estuvo más a gusto sin la pelota. A la espera de un error rival para poner ritmo al juego. Ordenado en la presión, fue ahí cuando tuvo las opciones. Dos de Cristiano Ronaldo, similares, con disparos neutralizados por el meta Joe Hart, el mejor en la primera parte. Y sobre todo una de Gonzalo Higuaín, a los veinte minutos, un mano a mano que no supo resolver.
Del Manchester City apenas hubo noticias excepto cuando Yaya Toure o David Silva, que fue cambiado a la hora de partido, alcanzaban el balón. Fueron pocas las veces antes del descanso.
El Real Madrid acentuó la presión después del intermedio. Vivió un cuarto de hora en el campo del City. El público ya estaba entregado. Lo hizo tras dos vistosas carreras de Di María y dos lanzamientos lejanos de Marcelo, fuera por poco. Aún así, era incapaz el equipo blanco de generar jugadas claras. De superar la maraña defensiva de Mancini.
El giro llegó a falta de veinte minutos con el gol del City. Una pérdida de balón de Pepe generó el contraataque visitante. El primero en el partido. Yayá Toure superó todo lo que le salió al paso, vio Edin Dzeko, que acababa de salir por Silva, a su lado y el bosnio no falló ante Casillas.
La reacción de Mourinho fue al uso. De pronto, Luka Modric y Karim Benzema al campo.
Pero fue Marcelo el que apagó el incendio, que pudo ser mayor si Dzeko y Touré hubieran aprovechado la angustia blanca. Pero el brasileño, sin otra opción, sacó un derechazo desde fuera del área y estableció el empate.
El partido se volvió loco en el tramo final. El City, que vio el cielo abierto por las dudas del rival, se volvió a adelantar con una acción a balón parado. Una falta lejana lanzada por Aleksandar Kolarov que dejó en evidencia a Iker.
El Madrid ya estaba aferrado a la furia. El cuadro inglés fue incapaz de amarrar el partido y el equipo de Mourinho no perdonó. En dos minutos dio la vuelta a la situación. Primero con un gol de Benzema y acto seguido con el de Ronaldo, el que le sacó de la tristeza y al Madrid del diván.