De niño, Prince Fielder solía practicar su bateo en el Tigers Stadium y comenzó a ganar fama al sacar la pelota por encima de la cerca del jardin derecho pese a su corta edad.
Tras su cesión en canje a los Rangers de Texas, el toletero y primera base jugará ahora sus partidos de local en un parque cuyo jardín derecho se diseñó con base en el viejo estadio de Detroit, donde Fielder solía divertirse cuando su padre jugaba ahí.
“Me gusta… definitivamente estaré atento a eso”, dijo Fielder entre risas. “Me alegra estar aquí, jugar con todo y ganar algunos partidos”.
Los Rangers presentaron el lunes a su flamante adquisición, cinco días después de hacerse de sus servicios en un canje colosal de peloteros electos al Juego de Estrellas. A cambio, Texas envió a su intermedista Ian Kinsler a Detroit.
Fielder cumplió sólo dos temporadas del contrato por nueve años y 214 millones de dólares que suscribió con Detroit antes de la campaña de 2012. Los Rangers se habían reunido entonces con el bateador, quien era agente libre, pero su oferta se quedó muy debajo de la planteada por los Tigres.
Con su nuevo equipo viene también otro número en la franela. Fielder usará el 84 con los Rangers, en vez del 28 que había llevado en sus 1.322 juegos de por vida con Milwaukee (2005-11) y Detroit (2012-13).
“Es un nuevo comienzo, supongo, y el 84 es el año en que nací. Es algo nuevo”, comentó. “Creo que funcionará”.
El 84 es también el último año en que los Tigres ganaron la Serie Mundial.
Tiene garantizados 62 millones de dólares hasta 2017: 16 millones en cada una de las próximas dos temporadas, 14 millones en 2016, 11 millones en 2017 y una cláusula de rescisión por cinco millones o una alternativa de renovación por 10 millones.
Además, Detroit entregará a Texas 30 millones de dólares como parte del canje. La cifra se pagará entre 2016 y 2020 para cubrir parte del salario de 168 millones que se adeuda a Fielder hasta 2020.
Fielder coincidió con la opinión generalizada de que debe ser productivo durante todo su contrato a fin de que éste resulte rentable para los Rangers. Pero no cree que ello represente un problema.
“Voy a tratar de ir año por año”, dijo. “Definitivamente esto no será un desafío. Amo el béisbol. ¿Por qué haría algo que me impidiera jugar?”.
Texas vio cumplido uno de sus principales deseos para la próxima campaña con la adquisición de Fielder. Abrió también un espacio en la intermedia para el talentoso joven Jurickson Profar.
“Ciertamente, este invierno buscábamos más producción en nuestra alineación”, dijo el manager Ron Washington, antes de dar una palmada en la espalda al corpulento toletero. “No creo que (el gerente general) Jon Daniels nos hubiera podido dar un mejor regalo de Navidad que Prince Fielder. Siempre he disfrutado cuando lo veo jugar. Ahora podré hacerlo diariamente”.