Unas 24 mil personas llenaron hoy el estadio de Dura, al sur de Hebrón, para ver una imagen que nadie pensó que podría disfrutar en Palestina: a las estrellas del Barça sobre el césped.

Banderas palestinas, de Cataluña y del FC Barcelona adornaban el estadio, en el que una treintena de afortunados niños y niñas disfrutaron intercambiando jugadas con sus ídolos, que en muchas ocasiones “fallaron” los tiros a las mini-porterías que se montaron para el entrenamiento del Tour de la Paz del Barça.

Entre consignas a favor del estado palestino se mezclaban vítores a cada jugador azulgrana, con especial hincapié en Messi e Iniesta, dos de los favoritos para la afición palestina.

Los jugadores firmaron camisetas e intercambiaron algunos toques de balón, y jugadas en zig-zag con los niños antes de entrenar en solitario y acercarse en un paseíllo a las gradas levantado ovaciones.

“Amo al Barcelona. Estoy muy feliz. Nunca creí que los vería aquí, en Dura”, dijo a Efe un radiante Mohamed Masri, adolescente y fan del club blaugrana, sobre todo, de Iniesta y Messi, y asegura con un amplia sonrisa, “esto es un sueño”.

Amar Zyad, un niño de 12 años de Dura, gritaba desde la grada “Te amo Messi”, y aseguraba que el argentino y el recién fichado Neymar son “unos artistas”.

La seguridad montada para la ocasión fue espectacular, con la Policía, Fuerzas de Seguridad y agentes de incógnito palestinos desplegados en todo el recorrido desde la ciudad cisjordana de Belén hasta el sur de Hebrón.

En algunos puntos también había presencia de soldados israelíes, algunos de los cuales tomaron fotografías de la comitiva, mientras decenas de palestinos seguían a pie el recorrido de los autobuses.

El conflicto no estuvo del todo ausente en el estadio, al que algunos de los asistentes habían traído pancartas y carteles reclamando la liberación de palestinos presos por parte de Israel.

También se distribuían unos folletos en inglés titulados “El deporte bajo bloqueo”, destinados a la prensa extranjera, en los que se hacía un recuento de las consecuencias de la ocupación israelí para el deporte de Palestina.

Omar Amat, residente del sur de Hebrón, afirma que el FC Barcelona “tiene una enorme reputación aquí en Palestina” y se muestra encantado de tener a sus ídolos en el césped, aunque duda de que este viaje pueda tener algún efecto más allá del espectáculo.

“Es muy difícil que esto ayude a la paz, porque los políticos y los líderes lo intentan todo el tiempo y no lo consiguen. Pero el tour sí puede hacer que el mundo se acuerde de esto y piense qué puede hacer por la paz. Aun así, agradecemos este esfuerzo del Barça. Es un buen paso”, dice Amat.

Le resulta “controvertido” que, además de visitar Palestina “su” equipo viaje también a Israel y, sobre todo, a la Ciudad Vieja de Jerusalén, en territorio palestino ocupado, aunque considera que “no hay que culparles, sino agradecerles este esfuerzo por unirnos”.

El equipo visitó hoy entre un gran tumulto y forcejeos de seguidores y seguridad la Basílica de la Natividad de Belén antes de reunirse en esa ciudad con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás.

Mañana se encontrará en Jerusalén con el presidente israelí, Simón Peres, que lo recibirá en su residencia oficial junto con el primer ministro, Benjamín Netanyahu.

Los jugadores visitarán por la mañana el Muro de las Lamentaciones en Jerusalén y por la tarde realizarán otro “clinic” con niños israelíes y palestinos en el estadio Bloomfield de Tel Aviv.

Entre el público, Nasi Abu Fakri, de 18 años, que se confiesa en realidad seguidor del Real Madrid, asegura que el deporte “puede ayudar a la paz entre israelíes y palestinos” porque promociona los valores humanos.

Ibrahim Darwish, residente de Hebrón, es otro de los que cree que el fútbol puede contribuir a la paz porque hoy, al menos por unas horas, “la gente se olvida del conflicto, se olvida de Israel y se olvida de la ocupación y solo se piensa en el fútbol y el Barça”.