En el último día en el que los jugadores tuvieron la oportunidad de hablar con la prensa, Marshawn Lynch aprovechó para aclarar su postura sobre los desaires que ha realizado al no dar declaraciones, no contestar a las preguntas de los medios y marcharse después de cinco minutos.
“Bueno, miren, por alguna razón ustedes (la prensa) siempre regresan y quieren hacer lo mismo.No sé qué historia quieren obtener de mí, no sé qué imagen quieren demostrar de mí pero la verdad es que no me importa lo que piensen y lo que digan de mí”, aseguró el corredor que salió nuevamente con lentes obscuros, gorra, una mochila, dos collares con la silueta del continente africano y con el cronometro de su reloj en la mesa.
“Voy a casa todas las noches con mi familia y eso es lo que realmente me importa. Ustedes vienen y ponen las cámaras y los micrófonos enfrente de mi cara sin importar cómo me encuentro. Voy a hacer lo mismo que he hecho durante toda la semana, me sentaré aquí y esperaré a que corra el reloj”, manifestó Lynch ante los cientos de medios que se congregaron en el hotel sede de los Halcones Marinos, quienes se preparan para su actuación en el Super Bowl XLIX.
“Estoy aquí para preparar un partido y el cual es el más importante de la campaña y ustedes vienen a hacerme preguntas, no voy a decir nada, voy a esperar a que pasen los tres minutos y después me iré”, agregó con mucha seriedad y sin dejar de mirar el cronometro que estaba en la mesa.
Ante estas palabras, los reporteros se quedaron sin nada que decir. Se creó un silencio de casi un minuto en el que Lynch se sentía a gusto, pero al mismo tiempo se podía ver su intención de explotar. “Ustedes se molestan conmigo, pero yo no tengo nada que decir”, concluyó.