Luego de estar en el ojo del huracán, Antonio Brown finalmente rompió el silencio tras su salida de los Tampa Bay Buccaneers y acusó al coach Bruce Arians de obligarlo a jugar lesionado e inyectarse una sustancia peligrosa.

Todo inició cuando en el juego de la semana 17 de la NFL se quitó el jersey y la indumentaria para dejar el Met Life Stadium en pleno partido ante New York Jets luego de no soportar el dolor en su tobillo.

“Debido a mi compromiso con el juego, cedí a la presión directa de mi entrenador para jugar lesionado. A pesar del dolor, me vestí. El personal me inyectó lo que ahora sé que era un analgésico poderoso y a veces peligroso que la NFLPA advirtió contra el uso, y lo di todo por el equipo”, se lee en un comunicado que emitió vía su abogado.

Antonio comentó que Bruce Arians estaba muy consciente de su lesión en el tobillo y le gritó en varias ocasiones ‘¿Qué sucede contigo?’ Luego de que se sentó porque no aguantaba el dolor y como quiera le ordenó que saltara al campo.

El receptor abierto comentó que él no renunció a los Bucs como declaró el coach, quien también negó saber algo sobre su lesión, pero aun así lo echaron de la franquicia de la NFL.

Brown comentó que su reacción de abandonar la cancha fue porque se sintió juzgado por su pasado, ya que sentía que no podía sentir el dolor que tenía en su tobillo y por el que no lo ayudaron durante el juego.

“Reconozco mi pasado, pero mi pasado no me convierte en un ciudadano de segunda. Mi pasado no excluye mi derecho a ser escuchado cuando tengo dolor.