Los 43.65 millones de euros que Neymar reclama al Barcelona podrían ser un premio de fidelidad, como asegura la entidad azulgrana, o una compensación fiscal, según la versión del jugador. Este fue el principal argumento de cada una de las partes en la vista que se celebró este viernes en el Juzgado de los Social número 15 de Barcelona para resolver las discrepancias sobre la liquidación de la prima de 64.4 millones que debía cobrar Neymar por su renovación por el Barça el 1 de julio de 2016.
El juicio se celebró envuelto en una enorme expectación mediática, sobre todo porque se esperaba la presencia del futbolista, pero no pasó por la Ciudad de la Justicia de la capital catalana y tras varias horas de negociaciones, no hubo conciliación y Neymar y el Barça acabaron exponiendo sus diferencias en el juzgado. Un guión que hubiera sido diferente si el PSG hubira aceptado este verano el regreso del astro brasileño al Camp Nou.
De la prima de 64.4 millones estipulada en su último contrato con el Barcelona, Neymar solo percibió 20.75 millones. Los 43.65 restantes debía cobrarlos antes del 31 de julio de 2017, pero el club catalán, conocedor de que estaba negociando su fichaje con el PSG, decidió consignar el neto de esa cantidad (24 millones de euros) ante notario.
Para el Barça, la ‘traición’ de la que entonces era una de sus estrellas respalda jurídicamente su actuación. Según el club, los primeros 20,75 millones que pagó al jugador fueron por renovar su contrato hasta 2021, una renovación en la que del delantero pasaba de cobrar 5 millones a 33 millones de euros.
Y los 43,65 millones aun pendientes, por firmar una nueva ampliación hasta 2022. Ambas cantidades las considera un premio de fidelidad que formaba parte del salario del jugador. El Barça siempre ha considerado que esos ‘bonus’ por renovar formaban parte de la ficha del jugador y a la hora de calcular esas cantidades siempre las has repartido entre los años de duración del contrato.
Por eso, de ese primer contrato que Neymar firmó hasta el 30 de junio de 2018 y por el que cobró una prima de fichaje de 8.5 millones de euros, el Barça le reclama ahora 1.7 millones, la parte proporcional al último año que no cumplió y también le pide que le devuelva los 20.75 millones que ya le avanzó cuando renovó en julio de 2016, porque entiende que el brasileño actúo de mala fe, pues ya tenía un pie en París.
En total, 22.45 millones, prácticamente la mitad de lo que reclama Ney. Dos demandas cruzadas que este viernes chocaron en un juzgado de Barcelona, que dictará sentencia después de que, el próximo 21 de octubre, las partes presenten, por escrito, sus conclusiones.